Between [Harry Styles, Luke Hemmings] #GoldenAwards #Fanfic (Terminada)

Capitulo 33

Escucho la puerta de la habitación de al lado abrirse y cerrarse. <<Seguro que ya va por ahí a gastarse mi dinero en alcohol o drogas o a saber.>>. Me acaricio las sienes. Me duele demasiado la cabeza. Bajo a la cocina en busca de una pastilla. Ben está sentado con la mirada fija en una taza de té. Se le ve frustrado. No sé que decir así que me limito a acercarme a un armarito a ver si por suerte encuentro pastillas, o un vaso o algo porque la verdad es que no tengo ni idea de donde está aquí cada cosa.

-Si te encuentras mal mejor que un medicamento te recomiendo el aire fresco.-comenta mirándome con frustración.-Tenemos un lugar maravilloso para eso.-dice señalando por la gran cristalera que da al inmenso bosque.

Le dedico una tímida sonrisa.

-Puedes decirle a Harry que te acompañe...-al instante recapacita.-En realidad no creo que sea buena idea.

-Yo tampoco lo creo.-coincido.-De todas formas creo que se ha ido.-suspiro.

-Es lo único que hace últimamente.

-Si...-cierro la puerta del armarito. Puede que me venga bien pasear, despejarme y aclararme conmigo misma.-Intentaré no perderme.-sonrío y Ben me devuelve una tierna sonrisa.

Por aquí ni si quiera hay un sendero fijo así que decido llegar al lago y hacer el camino que ocupaba la fiesta. Era largo y sencillo y creo que podré volver a casa. Le doy una patada a un aplastado vaso rojo de plástico que se ha quedado ahi tirado. Si esta casa fuera mia prohibiria que hicieran fiestas aquí. Es un lugar demasiado bonito como para que lo estropeen de esa forma. Miro el agua del lago. Está tan clara y tan calmada. Me recuerda a mi durante el curso pasado. Había superado completamente a Luke y solo me importaban mis estudios. Saqué la mejor media de todo mi curso, por no decir de todo mi instituto en años. Sin embargo mi vida ahora es todo lo contrario a este precioso lago. Como en menos de dos meses me he visto envuelta entre dos chicos. <<Dos chicos que se odian entre si>> me recuerda mi subsconciente. Sin comerlo ni beberlo mi vida ha sido todo cambios. Siento que estoy en una montaña rusa y que todavía le queda mucho camino, cuestas más altas por subir y peores bajadas de las que ya he pasado.

No sé cuanto tiempo llevo caminando pero mi vista se detiene delante de una pequeña cabaña destartalada. Es de madera pero casi toda está rota y parece que se me vaya a caer encima en cualquier momento. Me acerco para buscar la puerta pero tiene puesta un candado y las ventanas están tan sucias que ni se ve su interior. El cielo está oscureciendo. No tengo ni idea de que hora es porque no he traido móvil así que decido volver a casa antes de que se haga más de noche y no sepa como volver. Desde el gran patio ya llega un aroma a sopa que me hace entrar en casa a toda prisa dispuesta a zamparme toda la cena. Me recorro un pasillo buscando alguna sala que utilicen como comedor. Es la primera, la que está más cerca de la cocina. La sala es lujosa; tiene una lámpara de araña colgando del techo. La verdad es que no había entrado aquí ningún día. Ben está sentado presidiendo la mesa y Harry al lado. Mi madre llega con una olla llena de sopa y la deja en el centro de la mesa.

-¿Qué te ha parecido el paseo?-me pregunta Ben mientras se sirve un plato.

-Es un sitio precioso. Sinceramente creo que es un privilegio poder estar aquí.-comento sentándome a la mesa.

Esta situación me recuerda bastante a la cena que tuvimos en mi casa. Parece que haya pasado una eternidad pero en realidad solo hace un mes. La iluminación de esta habitación es más oscura que la de mi casa. Por un momento se me viene a la mente como estará mi casa , como estará nuestro pequeño comedor y mi pequeña habitación.

-El lago es un lugar público.-interviene Harry sacándome de mis pensamientos y yo le lanzo una fulminante mirada.

-He visto una cabaña preciosa.-comento obviando a Harry.-Bueno, preciosa en si no, pero se ve acogedora y si se arreglara quedaría estupenda.

A Harry se le cae la cuchara sobre el plato formando un enorme estruendo y todos nuestros ojos se clavan por un instante en él pero al instante recobra la compostura.

-¡Puede que en primavera sea divertido arreglarla!-exclama mi madre. La verdad es que su expresión es totalmente diferente a la de esta mañana. Me pregunto si Harry se habrá disculpado con ella.