31. Socios

705 117 23
                                    

Win.

Cerrar este trato era lo que me mantenía cuerdo al menos hoy.

Después de una noche relativamente buena, dónde después de contar mi trágico encuentro y poner al tanto al novio de mi amiga sobre mi vida amorosa, corrección, mi desastrosa vida, la compañía de mis amigos me hizo bastante bien, una cena, unas copas, uno que otro baile en el bar del hotel y todo bien. Después, estábamos planeando qué carajos íbamos a hacer con Guns, porque el muy idiota había perdido su pasaporte en plena fiesta de noche buena.

Creyó que podría conseguir algunas chicas diciendo que era Tailandes, bueno, a Pear le causó mucha gracia al principio, incluso apostó con él a que no podía. Al cabo de unos tragos y muchos rechazos a causa de la mirada de Pear, se dio por vencido y perdió.

Perdiendo también su documento con el que básicamente es libre, sin ello, no puede salir del país, al menos no hasta que haga la reposición.

Y en eso están, amablemente me ofrecí a tomar las riendas del negocio yo solo mientras ellos se encargan de lo otro en el consulado.

Decir que estoy nervioso es poco, por alguna razón siento que en cualquier momento voy a tartamudear y sudaré como si eso dependa mi vida. Tengo toda la información en la cabeza, la he repetido tanto que me la se de memoria. Tal vez es la idea que me dieron de nuestro futuro socio, del cuál desconozco casi todo. Guns nos dijo que es de la entera confianza de su padre, pero que tiene su carácter.

Seguramente es un anciano que está harto de trabajar una vida rutinaria dentro de una oficina. Bueno, cada quien vive como más guste, lo importante aquí es que no me iré hasta que acepte ser mi socio, de eso estoy seguro.

Dejo de llamarme Metawin si no lo consigo.

A la espera en la pequeña sala, una señora de mediana edad me hizo tomar asiento junto con otros dos hombres más, seguramente vienen a lo mismo que yo.

Mente positiva Win, vamos a lograrlo...

- ¿Señor Metawin? - La mujer se asoma al espacio de espera y con una seña me dice que la siga.

Mis nervios aumentan, pero mi cuerpo se tensa al escuchar lo que la mujer me dice en un tono casi inaudible.

Vaya mierda.

- ¡¿Qué?! - Masajeo mi cien y suspiro. - No, no y no. Llevo aquí casi maldito medio día como para que el señor no quiera atenderme... ¿Cuál es el motivo? ¿Al menos leyó mi propuesta? - La mujer me pide que me calme pero me niego. - ¿Cuál es su oficina? No me iré de aquí hasta que haya hablado con él y cierre mi negocio.

Me planto firme ante la mujer, se que tal vez no estoy siendo muy educado, pero vamos, que te hagan esperar medio día por algo que quieres y a la hora te digan que siempre no sin ningún motivo, es para enojarse mucho.

- Lo siento señor, pero son ordenes y debo acatarlas.

- La entiendo, pero tengo una cita y no me iré hasta escuchar el motivo por el cuál me niegan ese derecho.

La mujer regresó a su escritorio y tomó el teléfono para dirigirse, creo yo, a su jefe. Mientras me miraba, explicaba la situación casi a detalle, después de unos segundos sonrió y colgó. Llegó hasta mi, donde la esperaba muy preparado de que me volviera a pedir que me marchara.

- Puede pasar, es por aquí.

Sonreí de oreja a oreja.

Ahora sí, señor dueño de esta empresa y futuro socio, va a escucharme y sabrá lo que es un buen negocio.

NO TE ENAMORES [BrightWin] ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora