Notando que se habían quedado en silencio unos segundos, no un silencio incómodo, más bien como uno en el que dos cabezas hablaban rápidamente a sí mismas, la chica continuó, recordando que realmente no estaban hablando del libro. Ese que había sido la razón de su reunión, en primer lugar.
—Quisiera que me hablaras un poco más del libro que me prestaste, ¿Por qué justo ese y no algún otro?
Él no lo pensó ni un momento para responder.
—Es simple: A mí me encanta ese libro. Lo leí hace un par de años cuando me lo recomendaron, me gustó mucho más de lo que esperé. Habla de las auroras, son increíbles, ¿no lo crees? Quizás es lo más cerca que podemos estar del espacio exterior. A pesar de que sé que las auroras se dan a kilómetros de la tierra.
Ella lo escuchaba con atención.
—Hay tantas cosas que nos acercan a lo que está tan lejos de aquí, y ese libro me demostró que son más de las que realmente creemos. Esa es una muestra de lo increíble que puede ser nuestro universo. Es un evento que no tendría por qué pasar, pero aun así sucede.
Ella le sonrió.
—Me gusta esa idea.
Cuando la chica habló Jonah volteó su mirada hacia ella, dándose cuenta de que parecía no estarle hablando a nadie, solo exteriorizando lo que había pensado ya tantas veces. Entonces volteó a la pequeña ventana que estaba a un costado de ambos, bastante alta debido a la posición de ambos en el suelo, dándose cuenta de que el cielo estaba simplemente nublado. ¿Cómo sería pasar una noche en cierto lugar de Alaska, Finlandia o Islandia, algunas de las locaciones en las que las auroras se presentaban? Era algo complicado viajar a aquellos lugares con ese objetivo, nadie podía asegurarte ver ese fenómeno de la naturaleza, pero aun así valdría la pena intentar.
—Yo no me enfoqué en ese aspecto, pero creo que tienes razón. Solo que lo veo como algo muy lejano.
Él asintió, estando de acuerdo en que realmente presenciar una aurora polar si suponía un reto cuyo control no yacía en sus manos.
—¿En qué te enfocaste tú?
—Mi enfoque mientras leía fueron las interpretaciones que se les puede dar a las auroras. En el libro hablan un poco de la interpretación en la cultura china, eso me hace preguntarme: ¿qué otras tantas teorías se crearon sobre ellas cuando aún no tenía una explicación certera? Quizás alguna persona miraba al cielo y veía esos colores para preguntarse algo, quizás algún niño lo vio primero y pidió un deseo. No lo sé, eso me llama la atención.
—Seguramente existen muchas teorías, creo que debemos elegir cuál creer.
—¿Cuál decides creer tú?
—Esa en la que son luces que brillan más que las estrellas y solo iluminan a personas afortunadas.
Ella le sonrió.