Capítulo 3

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Jonah se levantó temprano el domingo, tenía trabajo de adelantar, por ello, después de darse una ducha, decidió ponerse ropa cómoda, ese día no iba a salir

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Jonah se levantó temprano el domingo, tenía trabajo de adelantar, por ello, después de darse una ducha, decidió ponerse ropa cómoda, ese día no iba a salir. Mientras sacaba de su alacena los ingredientes necesarios para elaborar, como todos los días, su desayuno, se distrajo un poco pensando en Ava. La llamada del día anterior le había alegrado, casi sin darse cuenta estaba emocionado de saber que ella volvería pronto.

Paso todo el día medianamente distraído, trabajando, pero también pensando en si ese día también recibiría un mensaje de la chica. Casi era frustrante tenerla tan presente. Cuando sacaba de su nevera un poco de jugo de naranja, que era su favorito, su puerta sonó, alguien tocaba. Miro el reloj y ya eran las cinco de la tarde. Caminó en dirección a ella, quizás sería la señora Norma.

Su sorpresa fue demasiada cuando vio a Ava, de carne y hueso, parada frente a su puerta con la mirada en el piso. Hubiese sido demasiado fácil confundirla con otra persona por su corte de cabello, pues había cambiado completamente, eso el chico no se lo esperaba pero le gustó el cambio de inmediato, además, pensó él, no era de su incumbencia aquello. La chica subió la mirada y le regalo una sonrisa tímida que ella no sabía a él le encantaba.

—Hola...

Él le sonrió ampliamente, incluso dejando ver su único hoyuelo.

—Hola, Amai... —Se interrumpió antes de terminar de decirlo. No se acordaba de que ella le había exigido no llamarle de esa forma—. Perdón: Ava. —Rascó la parte de atrás de su cabeza, desprovista del gorro.

—Yo... no me molesta que me llames así —susurró tímidamente, recordando su arrebato.

Jonah quiso acercarse un poco más, quizás poder darle un abrazo o un beso en su mejilla, pero no lo vio correcto en aquel momento. Ella estaba un poco cohibida y como él lo notaba no pensaba acercarse. Estaban frente a frente luego de una semana y parecía que ambos estaban paralizados, el chico en especial admirando su rostro con el nuevo corte.

—Me gusta... tu nuevo corte de cabello.

Ella asintió y soltó un suspiro, por primera vez el chico notó que entre sus brazos tenía una libreta, o algo por el estilo, que abraza con fuerza.

—¿Quieres que hablemos en este momento? Si quieres subimos a la azotea solo espera que...

Ava interrumpió las palabras de Jonah.

—No hay mucho que explicar.

—¿Qué? —Él la miraba confuso, en su opinión sí que había mucho que discutir.

—Me refiero a... no hay mucho que yo pueda explicarte.

Levantó finalmente y la fijo en sus ojos miel.

—Creo que es obvio que no siempre encuentro muy bien las palabras para explicarme, por eso traje esto —dijo ella —. Este diario lo escribí cuando todo pasó.

Sin FinalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora