Corre [SG #1]

2. El claro

Claire.

Abro mis ojos. Oscuridad. Está en todas partes, a mi alrededor, en mi mente... No logro recordar nada. Extiendo mis brazos de manera horizontal, mis manos temblorosas al igual que mi respiración. ¿Acaso morí? No podría decirlo, mis recuerdos no están, es como si alguien hubiera borrado la pizarra, que ahora se encuentra borrosa. Respiro profundamente. Debo mantener la calma. Finalmente, las puntas de mis dedos se encuentran con una superficie un poco rugosa y fría. Metal oxidado. Mi respiración se acelera, y rápidamente estiro mis brazos hacia arriba. Metal. Sujeto mi cabeza en mis manos mientras intento calmarme a mi misma. Vamos respira, pienso.

El sonido de engranajes me despierta de mis pensamientos. Mi estómago se revuelve con la sensación de movimiento, estoy subiendo.

El pánico comienza a surgir en mi, y un grito proveniente de mi garganta hace eco en las cuatro paredes. Lágrimas amenazan con salir de mis ojos y comienzo a temblar ligeramente. De repente, la caja para, y ahogo un suspiro. Me muevo lentamente hasta la esquina de la caja más cercana, abriéndome paso entre bultos de cosas más pequeñas para cubrir me a mí misma. El techo se abrió en dos y la luz cegadora brilla directamente en mis ojos, obligándome a parpadear rápidamente hasta que me acostumbro a la luz.

Miro hacia el cielo, una chica de cabello castaño me mira fijamente, sus ojos miel analizando mis movimientos.

—¿Estás bien?

Ella sostiene mi mirada, sus ojos mantienen una inocencia que me hace confiar en ella inmediatamente.

—Claire —digo después de que preguntara mi nombre.

Lentamente comienzo a levantarme, y una vez que lo hago, miro a mi alrededor. Una caja. Eso es en lo que estaba encerrada.

Tomo una de las cajas y la estiro en dirección hacia ella, de modo que pueda tomarla. Una vez que hemos subido todas las cajas, doy dos pasos hacia atrás para tomar impulso y me aviento hacia el frente, utilizando mis brazos para subir, y una vez que lo logro, ella me extiende un brazo para ayudarme a pararme.

Sostengo su mano firmemente, y me levanto.

—¿Quién eres? ¿Dónde estamos?—Ella sonrió cálidamente.

—Mi nombre es Leiah. Y estamos en... el Claro.

Me quedo unos instantes pensando como reaccionar. Calma.

—¿Qué hago aquí? —pregunté secando las lágrimas.

—Desde que llegué aquí no he podido saber nada, soy igual que tú.

—¿Te importaría mostrarme el lugar? —Le pregunto.

—No hay mucho que ver, pero como quieras —Se paró y empezó a caminar.

La miro alejarse y camino rápidamente para alcanzarla.

—¡Espérame! Aún tengo las piernas entumidas.

Me río suavemente y volteo a verla.

—Pues avanza, lo primero que hice es correr cuando llegué aquí—La chica volteó a verme.

—¿Quieres que corra, entonces? —alcé una ceja.

—Te informo que yo soy corredora —y con un desplante, comenzó a correr hacia unos gigantescos muros.

—Corredora, ¿eh?

Doy una zancada, y comienzo a correr, mi cabello como una cintilla volando detrás mío. En cuestión de segundos ya la he alcanzado, y me esfuerzo aún mas, pasándola por unos cuantos metros.