5. Descanso

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Claire.

—Señoritas, ya saben lo hay que hacer, nos vemos aquí en una hora. Recuerden, sean cuidadosas y no mueran —dice Leiah, con un tono de voz bastante autoritario. Asiento suavemente y sonrío sarcásticamente.

—¿No lo hacemos siempre?—dije.

—Sólo cuídense, ¿está bien?—responde, un suave tono de rosa invadiendo sus mejillas. Río suavemente.

—Nos vemos para la cena, chicas.

Empujo a Leiah ligeramente para que me siga, giro mi cuerpo y comienzo a correr hacia el frente, la coleta alta que llevo puesta balanceándose de un lado a otro. Después de casi terminar nuestro recorrido, comienzo a trotar ligeramente. No veo el caso de correr si puedo no hacerlo. De repente, comienzo a escuchar un suave tic-tac, que rápidamente se vuelve más y más fuerte. ¿Podrá ser...?

Volteo mi cabeza hacia atrás y lo veo. Un lacerador viene detrás de nosotras, casi pisándonos los talones. Ella se percata de esto, y comienza a acelerar su respiración. Tenemos que correr.

—¡Leiah, corre! Corre como si... ¡como si tu trasero dependiera de ello!—grito, intentando que el miedo no sea evidente en mi voz temblorosa.

—Pero... ¡no tengo!—dice, esa chica siempre me hace reír en los momentos más inoportunos.

—¡Muevelo de todas formas! —le dije, a este paso no llegaremos. Ella estaba haciendo un movimiento exagerado de manos intentando correr más velozmente.

—¡Así como vas, vas a tragar polvo, garlopa!—Le grito, evitando decir que si no corremos nos van a picar. Ella comienza a respirar con más intensidad.

—Maldita sea, ¡me van a picar, Claire, me van a picar!—gritó desesperada. Suspiro suavemente.

—No te van a picar, Leiah. ¿Acaso quieres que te cargue?—dije.

—No, pero siento que me paralizaré... como en la pesadilla—dijo agitada. Ella siempre soñaba con esto.

—Vas a estar bien, lo prometo. Es más, vamos a jugar una carrera, ¿si? La que gane, tendrá la ración de galletas de la otra por una... dos semanas. ¿Vale, astilla? —Volteo a verla, e intento sonreír lo que espero que sea una sonrisa tranquilizante.

—Está bien... está bien, me calmaré. Regresando de esto tendré mucha hambre—dijo y empezó a correr más rápido.

—Esas galletas son mías, ¿me oíste, tronca?—comienzo a correr lo más velozmente que puedo, y avanzo unos cuantos metros delante de ella. Logro escucharla gritar "garlopa" y suelto una risa.

Leiah.

Estoy en un completo estado de bipolaridad. Me aterra que mis pesadillas se hagan realidad pero simplemente no dejo de pensar en las galletas y corro más rápido. Siento como mis piernas empiezan a arder del desgaste. Nunca reaccioné bien a las situaciones bajo presión, y aquí, me estaba ganando. Claire llevaba como un metro delante mío, y yo, yo sobrevivo. "No puedo morir. No puedor morir" pienso. Y con eso logro aumentar la velocidad, alcanzandola.

Logramos salir del laberinto, pero algo se nos olvida. Mierda, Audrey. Dejamos a Audrey ahí dentro. Empieza a inundarme el pánico, creo que se nota ya que Claire me abrazó de lado, eso me tranquilizó un poco.

—Claire ¿y Audrey? Sigue allá adentro—dije con la voz cortada.

—Se que ella estará bien, es fuerte como nosotras—dijo suavemente.

Pasaron los minutos, y yo estaba sentada en la entrada del laberinto como niña pequeña, esperando a Audrey. Y como un relámpago, llegó corriendo. Venía exausta, suplicando por agua, me levanté rápidamente y la abracé, cosa que no hacía normalmente, y ella se dio cuenta.

Corre [SG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora