9. ¡Les juro que vi una chica!

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Narrador omnisciente.

Thomas y Minho habían sobrevivido una noche del laberinto. Pero Thomas ha quebrado la ley más importante de todas, aparte de eso, mató un penitente. Muchas cosas que no pasaban están sucediendo, todo está cambiando. Desde que él llegó el sólo ha causado problemas, pero le salvó la vida al corredor. Los dos salieron del laberinto exhaustos, llenos de sudor y mugre. Los clarianos se habían reunido en la entrada, a algunos se les iluminó la cara al verlos, a otros no tanto, como a Gally.

—¿¡Qué shuck pensabas novato?! ¡Pudieron haber muerto!—gritó Gally empujando a Thomas.

—¡Le salvé la vida a Alby y a Minho! ¡cosa que tu nunca harías, miertero cobarde!—Thomas le regresó el empujón.

—¡Ya cállense garlopos! ¡en lugar de estar peleando, deberían ir por Alby!—ese fue Minho, poniendo las manos entre ellos para separarlos, una cara de enojo evidente en su rostro.

—¡Alby! Está allá adentro del laberinto, colgado en una pared en las enredaderas, no podía dejarlo ahí...—dijo Thomas. Y con esto, Minho y Newt fueron al laberinto.

Estaba fresco ahí, Minho iba a la cabeza, dando instrucciones a Newt para donde ir. Cuando llegaron ahí estaba, el cuerpo inconciente de Alby colgando de la pared, como si fuera una advertencia, al menos eso se sentía. Newt no dijo ninguna palabra, más bien tenía cara de horror. Tenía al menos un año que entraba al laberinto, después del accidente.

—Shuck, no se como lo bajaremos—Minho rompió el silencio-debemos subir, al menos yo, tu no puedes, tu me ayudarás.

—Claro, como no soy bueno para subir. Empieza ya shank, no quiero estar aquí si un lacerador viene a terminar con esto—dijo Newt cruzado de brazos.

Impulsó a Minho con las manos unidas en uno de sus pies. El corredor cortó la hiedra y Newt ayudaba a que no se cayera el cuerpo de Alby. Lo bajaron y salieron, cuando iban a doblar al pasillo de la entrada, se escucharon unos alaridos, pero no eran de un lacerador, pero no venían del claro, venían más allá del laberinto. Ellos pararon en seco.

—¿Qué garlopa es eso? Jamás había es...—Newt fue interrumpido por otro grito, parecían de una persona. De una chica.

—¿Sabes qué? Larguémonos, no quiero que esa maldita cosa venga—ordenó Minho. Y con eso salieron al claro, ignorando a todos los clarianos que se acercaban. Urgía llevar a Alby con los med-jacks para que le dieran el suero.

Se atendió correctamente a Alby, y siguió inconsiente, a lo que Newt convocó una asamblea para saber que se iba a hacer, ya que varias cosas han cambiado, y Minho había declarado que tenía algo demasiado que decir. Todos los guardianes llegaron a la cabaña, de cada trabajo, todos murmurando. Newt hizo una seña para que se callaran todos, y así fue.

—Hemos convocado esta asamblea para ver que se va a hacer mientras Alby no está. Y aparte, mi miertero amigo Thomas, rompió nuestra regla más importante, pero le salvó la vida a Minho y a Alby, ¿qué se va a hacer?—finalizó el rubio.

—Ha roto la regla más importante, de eso nos basamos, ¡por eso todo marcha bien! ¡tenemos que aplicarle una sansión a este larcho!—gritó, no dijo, gritó Gally.

—¡Les salvé la vida! ¿¡porqué no puedes comprender eso!? ¡tenía que hacerlo!—le contestó Thomas parándose de la silla. Newt hizo una seña para que se callaran.

—Ninguna de sus opiniones vale aquí, Gally cállate—lo fulminó y volteó a ver a Minho—Minho, tu estuviste ahí, ¿qué dices?—finalizó Newt.

—Bueno, este shank me salvó la vida y a Alby cuando yo sólo me acobardé y corrí. Jamás había visto eso, yo digo que lo hagamos corredor—esbozó una media sonrisa a Gally, queriéndolo cabrear, y se desató el caos en la sala. Newt de nuevo calló a todos y le dió de nuevo la palabra a Minho, quien recordó lo que tenía que decir.

—Ayer en el laberinto, había demasiados gritos de laceradores, y de otras personas—todos pusieron cara de "¿qué coño trata de decir?"—les juro que vi una chica escondida mientras corríamos. Se los juro.

El caos se desató, unos no les creían y otros si. Newt recordó los alaridos de hace unos minutos, así que no supo que creer, después de todo era su mejor amigo. Gally se paró.

—¡Todo es culpa de este larcho! ¡desde que el llegó todo ha cambiado, es un detonante!—gritó Gally. A todos ya los tenía hartos, así que Winston y Zart lo sacaron. Orden otra vez, por fin.

—Bueno, eso explica los alaridos, no saquemos conclusiones. Miren, los tiempos están cambiando, no rompan las reglas. Respecto a los gritos, está bien que no sea un lacerdador pero, ¿una chica, en serio shank? La abstinencia ya te afecta—dijo Newt incrédulo, con un tono de sarcasmo.

—¡Les juro que vi una chica! ¡cuando estábamos corriendo ella estaba escondida! ¡se los juro!—reaccionó Minho, nadie le creía. El era el único que la había visto.

Al parecer, dejaron a Minho de lado, y siguieron con el tema de Thomas. Todos estuvieron de acuerdo de que había roto la regla más importante, pero también salvó a Alby y a Minho. Terminaron haciéndolo corredor, pero pasaría una noche en el hoyo. La asamblea había terminado, todos se habían ido, hasta Thomas. Minho y Newt fueron los únicos que quedaban.

—Shuck, yo se que la vi—se acercó a Newt.

—Thomas dijo que no vio nada. Son los únicos que entraron, al parecer no hay nada allá afuera, luego vienes y dices que viste una chica, que va.

—Es en serio Newt. Yo se que hay más, lo voy a descubrir. Hasta entonces—Minho se fue cabreado de que no le creyeran. Azotó la puerta y se fue.

Ya era de noche, algunos se fueron a dormir, otros a cenar. El tema de conversación de la boca de todos era la asamblea. Gally se había encargado de esparcir rumores de que desde Thomas llegó, sólo había traído problemas. Al parecer en parte era cierto, pero Thomas sólo era diferente, curioso. Al cabo de un rato todos se fueron a la finca a dormir. Mañana iba a ser un día más difícil.

Un día nuevo había llegado, y todos desde temprano empezaron, excepto los corredores. Después del insidente, todos habían renunciado, sólo quedaban Minho y Thomas, quienes iban a ir hoy al laberinto a ver al lacerador muerto, a ver si hallaban alguna pista, o un cambio.

Era hora de partir al laberinto, cuando un estruendo sacó a todos de sus acciones. Era la caja que estaba subiendo. Todos fueron corriendo hacia el lugar, era demasiado raro que la caja subiera, pues acababa de llegar Thomas. La caja había dejado de subir, era hora de abrirla. Todos los clarianos se habían ubicado al rededor de la caja, incluso Thomas y Chuck, que eran los que sentían más curiosidad.

—Yo la quiero abrir—ese fue Gally.

—Está bien shank—dijo Newt, el era quien iba a bajar.

Gally abrió la caja completamente, y se apagó el típico foco rojo cuando llegaba un novato nuevo.

Newt bajó, y lo que vio era algo que nunca había visto en sus años de llegar ahí. Había una chica de pelo largo ondulado, con la piel pálida. Estaba inconciente.

"¿Qué es lo que ves?" "¿Qué llegó?" Varias voces se escuchaban, de diferentes clarianos, desesperados por saber que era. Newt puso cara de horror con una mezcla de asombro al ver aquella chica.

—Es una chica. Y creo que está muerta—finalmente dijo.

Un caos de murmuros de desataron, Minho les gritó y los calló.

—Lo ven, otra chica. No estoy loco—dijo Minho sarcástico y rodando los ojos.

En ese momento la chica tomó una bocanada de aire y en un hilo de voz dijo "Thomas." Y se volvió a desmayar. Todas las miradas se posaron en el. Tal vez después de todo el si iba a cambiar las cosas. Newt se percató de que la chica traía una nota en la mano. La agarró.

—Miren, una nota de los creadores-todos impacientes exclamaban cosas que ni se entendían, así que finalmente la leyó.

—"Ella es la última de todas".

El caos se hizo presente. Después de todo, las cosas si iban a dar un giro caótico.

Corre [SG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora