14. Más peleas

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Nos quedamos. Cada quien hará sus tareas como lo hacía antes, sólo que con los hombres. Para mi suerte, me tocó con el mala leche del chino. El único corredor que me caía bien era Thomas.

Claire y yo nos dirigimos a la sala de mapas con los chicos, hoy tocaba ir al laberinto. Resulta que ellos hicieron todo el desastre que vimos cuando pasamos. Después de atravesar el bosque llegamos a la cabaña, ahí estaban los corredores con los codos en la mesa con un mapa cada uno.

—Que productivos, ¿vamos a desayunar? No pasamos buena noche, así que no nos riñan —cortó Claire jalando una silla y sentándose. Hice lo mismo.

—Primero estudiamos los mapas y nos preparamos. Después Fritanga nos entrega comida y partimos. ¿Alguna pregunta? —dijo Minho.

—Yo si tengo una, ¿que sección toca? Ya que ustedes destruyeron parte de una.

—No dije que ustedes iban a ir. Son chicas.

—¡Oh vamos! Hemos corrido de laceradores más de una vez, no puedes decir que no. Somos como tu —dije, ya me estaba colmando. No lo soporto.

—Quiero correr, y no porque me hayan encerrado en un lugar que sólo me permite ver lo mismo una y otra vez, la idea de ser libre es muy tentadora —dijo Claire. Le estaba dando un ataque de filosofía otra vez. Yo sólo le toqué la frente— ¿qué garlopa haces?

—Revisando que no te hayas quemado la cabeza diciendo eso —Thomas rió.

—Ya bueno. Sólo por hoy —dijo Minho. Y salimos directo hacía la cocina.

La cocina del claro era igual pero a la vez no. Era igual porque tenia las mismas cosas, sólo que el cocinero era Fritanga, que ahora se le había unido Marilyn. Al parecer se habían hecho amigos por su mismo amor a la cocina.

—Corredores, su lonche —canturreó Marilyn mientras nos entregaba una bolsa de papel.

—¿Qué rayos es esto?—preguntó Claire.

—Es sorpresa chicos, por si no les gusta no les veo la cara o escucho sus reclamos —dijo Fritanga.

—Como siempre, ¿verdad? —dijo Thomas y los dos asintieron.

Nos despedimos, echamos la bola de comida a las mochilas y partimos. Nos dirigimos a la puerta norte. Ahí estaban Beth y un niño gordito con un peinado que llamaba mucho la atención, de la misma edad que Beth.

—¡Suerte! —nos gritaron al unisono. Claire y yo volteamos y les dedicamos una sonrisa, Thomas hizo lo mismo, mientras que Minho estaba hablando con Newt y Alby, parecía algo privado.

—¿Me pierdo de algo? —pregunté. No soportaba la idea de que se cuchichearan sin que yo estuviera ahí.

—Ya, diles. Son corredoras —dijo Newt, a lo que le sonreí por apoyarme.

—No —cortó Minho— ellas no saben nada de esto, es... peligroso.

—Esto puede ser una salida, así que les vas a decir—dijo Alby.

Minho sacó de su mochila un aparato metálico, que tenía el número 7 en rojo, y las siglas de "CRUEL". El maldito dolor de cabeza cada vez que la veo se hizo presente. Sólo hice un gesto, no quería hablar de eso.

—Esto es como una llave, la encontramos hace 3 días. Pero después llegaron ustedes y no fuimos —explicó Minho.

—Una esperanza para una salida —murmuré, a lo que todos asintieron.

—Es mejor que vayan a investigar, o Gally vendrá por ustedes —dijo Newt. Alby sólo sonrió, me imagino que era alguien... especial.

—¿Quién es Gally?

—No quieres conocerlo... probablemente las quiera desterrar cuando las vea. Ya vamonos —dijo Minho poniendo una mano en mi hombro. Sí, era alguien "especial" al parecer. Me di cuenta que era mucho más alto que yo. Todos asentimos, llamé a Claire y a Thomas que estaban con los niños, y entramos al laberinto.

...

Era el tiempo de regresar. Nos habíamos dividido en grupos, Claire con Thomas y yo con Minho. Al parecer no me fue mal. 

Me contó que quería estar en un equipo conmigo para disculparse por ser tan borde, también me explicó lo de la llave de la sección 7. Me contó como fue llegar al claro, como se fundaron los corredores, casi todo. Ya no lo veía como una mala persona. No tanto.

Nos encontramos en el pasillo central, y vimos a lo lejos un cúmulo de clarianos. Quien sabe que rayos habrán hecho. Tenía un mal presentimiento.

Corrimos a ver que era. Era Audrey, inconsiente, y con un hilo de sangre en la boca. Esperaba que no haya causado un alboroto, me empezaba a desesperar.

—¿Qué rayos le pasó? ¿qué le hicieron?—grité. Me daban ganas de golpear a todos los que estaban ahí, pero Minho me agarraba de un brazo cuidando que no me fuera sobre alguien.

—Se ha peleado con Gally —dijo Alby.

Corre [SG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora