10. Las puertas

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Habían ya pasado dos días después del incidente en el laberinto. Claire se había puesto mejor, su corte está cicatrizando y tiene fuerzas de nuevo. Quien no mejoraba es Audrey, que está pasando por la transformación. Me duele verla así. Grita demasiado de dolor, creo que está recordando, además... se ha tratado de matar 2 veces, con sus propias manos. La mantenemos vigilada las 24 horas, aunque no falta mucho para que cese su locura y sea normal de nuevo, aunque no será la misma.

Nuevo día, la misma plopus de siempre. Desde que pasó esto, mis días han sido horrendos. No he corrido nada, tengo que cuidar de mis corredoras. ¿Porqué no me pasó nada a mi? Creo que a todo el claro le hubiera gustado. Como sea, he despertado en la cabaña de las med-jacks, Lynn me dijo que Sophie se había ido a buscar a Claire. Audrey estaba dormida, pero sus ojos temblaban, como si estuviera soñando.

—Lynn...—dije susurrando—¿cuánto tardará en pasar la transformación?

—Tal vez mañana. Te preocupas demasiado, deberías de comer algo, estás pálida—la chica soltó una risita. Yo sólo me limite a sonreír y salí de la cabaña. Estaba muy modorra. Me dirigí con Chris, Izzie y Marilyn, últimamente me pegaba más a ellas. Estaban sentadas juntas desayunando, me senté a un lado y Marilyn me dio un sándwich.

—¿Sabes que Audrey no te recordará como antes, verdad?—preguntó Izzie. Bum. Como un maldito balde de agua fría en la espalda, como si me hubieran enterrado un cuchillo hasta la columna.

—Izzie, coño. Cállate.

Gracias Chris, pensé. Creo que se notó que fue muy duro el comentario. Izzie sólo murmuró "lo siento". Fingí que no pasó nada, desayuné y conversé un rato con ellas, eso me relajó un poco.

Terminé de desayunar y decidí ir a ver a Claire, Chris me acompañó. Claire estaba recostada, una venda gruesa enrollada al rededor de su torso, inusualmente limpia. Llevaba 2 días en la enfermería, cosa que supongo que no aguantaba, ya que tenía los ojos llorosos e hinchados, su nariz levemente roja.

—¿Qué te pasa...?—pregunté preocupada.

—Me acaban de cambiar la venda. Cada vez que lo hacen me limpian la herida con alcohol, que arde peor que una garlopa. Pero no voy a dejar que no me la cambien, ¿Sabes que tan súper antihigiénico y asqueroso es eso?—dijo, mientras hacía una cara de asco y dolor .

—Es bueno ver que sigues con la misma actitud—dije divertida, y me senté a un lado de de ella, y Chris también.

—No te ves tan mal... bueno no comparada con un penitente... y pues si no duele no sirve ¿no?—dijo Chris. No pude contener la risa, y a todas se les pegó.

—La belleza cuesta.

—¿Qué tiene que ver la belleza en eso? ¡me apuñalaron!—reclamó Claire, riéndose, y gimiendo por el dolor a la vez.

...

Cayó la tarde, y el ambiente aun se sentía tenso. Nos habíamos quedado dormidas, aunque yo sólo cerraba los ojos, ya que siempre se que algo malo va a pasar. Sophie corrió a buscarnos y decirnos que Audrey había despertado ya. Yo desperté de impulso, mientras que Claire y Chris estaban profundamente dormidas, así que sólo las sacudí.

—¡Astillas despierten! Audrey ha despertado—dije. Chris pegó un salto y sólo me siguió. En cambio Claire, se quejó como cada que la despertaba. Después de eso fuimos a la cabaña donde estaba Lynn y Audrey. Ahí estaba la corredora, sentada al borde de la cama, con la mirada al piso, temblando.

—Hola Audrey—dije asustada. Las demás no dijeron nada, tal vez les dió miedo.

—Te vi... y no hiciste nada para detenerlos—dijo sin apartar la vista del piso.

—¿Me... viste?

—¡No hiciste nada para detenerlos! ¡Pensabas que aquí era mejor, encerradas!—en ese momento Audrey se paró y dirigió sus manos a mi cuello. 

Puse mis muñecas alrededor de las suyas, pero era inútil. Me sentía que me perdía en el vacío, como todas gritaban que parara. Caí al piso de rodillas cuando me soltó, definitivamente no me recordará como antes, ella ya no es Audrey. Nunca más lo será.

Recuperé el aire y no pude evitar hecharme a llorar, ¿porqué? Porque mi corredora había tratado de matarme, y yo la quería, ella me odiaba.

—No le digan nada de esto a las líderes, o las golpeo—les dije a las med-jacks que estaban forcejeando con Audrey, Claire y Chris estaban ayudándolas. No pude contemplar esa escena y me eché a correr al bosque, y ahí no había nadie, pude llorar en paz.

Al cabo de unos minutos, el laberinto empezó a hacer ruidos demasiado fuertes, como si estuviera cambiando pero totalmente, corrí a la entrada y noté que varias clarianas estaban en la puerta norte, preguntándose lo mismo que yo. Todas nos mirabamos con cara de curiosidad y horror a la vez, me junté con Izzie.

—¿Qué garlopa está pasando! ¡es un terremoto o que es esto?—dije casi gritando.

—¡No se que miertera cosa este pasando, pero no es nada bueno!—gritó Izzie.

Así se quedó nuestro diálogo, ya que el estruendo no dejó escuchar más. Era cuestión de esperar.

Grupo A.

—¡Thomas corre! ¡Tu vida depende de ello!—gritó Minho desesperado, de que su compañero no iba a llegar.

Esta vez si habían metido la pata. Habían regresado a donde estaba el penitente que mató Thomas. Encontraron una llave para la sección 7, la foza de los penitentes, y al parecer al laberinto no le gustó. Estaba cambiando antes de tiempo, y tenían que huir de ahí. Thomas soltó como un grito de guerra y logró llegar a donde estaba Minho.

Recorrieron lo que quedaba para llegar al claro, ya que parecía que el laberinto se desmoronaba. Cuando llegaron el mala leche de Gally los estaba esperando con Newt, no iba a pasar nada nuevo.

—¡Sabía que sólo traerías problemas miertero Thomas!—dijo empujándolo con fuerza. Las rodillas de Thomas habían fallado y tropezó hacía atrás, mientras una ola de confianza lo invadía.

—¡Descubrimos una pista! ¡cosa que tu nunca hubieras podido hacer!—le contestó con feracidad, regresando el empujón con fuerza.

—¡Sólo llevas aquí 3 días! ¡Yo llevo 3 años aquí!—Gally estaba rojo de coraje. Sus nudillos estaban tan apretados que se tornaban blancos.

—¡Si, llevo 3 días y he descubierto una esperanza para salir de aquí! ¡Cosa que no hiciste en 3 años!—Thomas le gritó. Estaba cansado de que le acusaran de cosas que no tenía la culpa. De repente, el puño de Gally se estampó sobre la cara de Thomas, el sólo hizo una mueca de dolor ya que Newt intervino.

Muchos clarianos se habían acercado al ver la pelea, cada uno se fue por su lado llenos de coraje y furia. Thomas con Minho, y Newt con Gally.

Todo el claro había sido silenciado después de eso, ya que el laberinto seguía cambiando. Muchos sólo esperaban que las puertas se cerraban, ya se acercaba la hora. Thomas y Minho estaban en la sala de mapas, analizando lo que pasó hoy, y al sarcástico no se le pasaba el golpe que le dieron a su compañero.

—Hey shank, vamos a cenar, muero de hambre—dijo Minho.

—No tengo hambre, gracias—ese fue Thomas, no tenía ganas de nada ese día.

—Miertero tengo hambre, me vas a acompañar, ¿acaso no te bastó con aquel golpe?—dijo riéndose. Thomas sólo soltó un quejido y salieron, donde todos estaban reunidos.

Cuando todos se encontraban reunidos, se escuchaban varios gritos de laceradores a lo lejos. Y las puertas aún no cerraban.

—¿Qué pasa con las puertas?—por primera vez Minho sonaba nervioso. En eso, llegaron Winston y Zart, corriendo.

—¡Las puertas no cierran! ¡Ya pasaron 10 minutos! ¿Qué garlopa está pasando?—gritó Winston.

En eso, todo el pánico reino en el claro. Si las puertas no cerraban esta noche, todos estaban perdidos. A lo lejos se escuchaban gritos, los demás sólo pusieron cara de horror. Tal vez esta era su última noche.

Corre [SG #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora