ᴄɪɴᴄᴏ

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Luego del reencuentro de Julieta e Ignacio, el único que sabía bien la historia entre estos dos era Mauro, el resto estaba confuso en todo, nadie captaba el fla de nada.

—¿Asique también te tengo que bancar y hacerte la vida imposible acá también?.—Hablo el pelinegro, con una sonrisa burlona en su rostro;—Eso no es tanta molestia.

—Por mi parte, preferiría que intentemos llevarnos aunque sea un poco bien.—La jujeña respondió, alzando una de sus cejas;—Ya que vamos a trabajar juntos... Pero no sé, si no es lo que vos querés, vamos a seguir siendo como perro y gato, obviamente que vos cumplís el rol de felino.—Hizo un gesto burlón, cruzándose de brazos, parándose enfrente de éste.

Julieta e Ignacio, junto a los demás pibes que se encontraban en ese estudio, menos Duki, acababan de firmar un contrato para que el nuevo sello "Mueva Récords" los represente. Fue una gran noticia para todos, y sin antes consultar algunas dudas, firmaron.
Ahora se encontraban en la casa del productor, Omar, haciendo su fiesta de bienvenida, como cualquier loco quisiera tener.

—Jaja que chistosa que estás hoy, ¿No?.—El porteño rodó sus ojos, apoyándose contra la mesada de la cocina.—No creo poder llevarme bien con vos... Tampoco me gastaría en hacer el intento, pero, veremos, si pinta.—Movió sus hombros, restándole importancia, dándole un trago al vaso que traía en mano.

—Y, viste... De tantos domingos con vos ya se me pegó.—Sonrió burlona, dándose vuelta, comenzando a prepararse un trago, sintiendo la mirada de su acompañante en ella.—Esta bien, como vos digas, solo que si vos no pones de tu parte, yo tampoco de la mia. No esperes nada a cambio.—Chasqueo su lengua, tomando un trago de su vino, girando un poco su cabeza, guiñándole su ojo, saliendo de la cocina.

El rapero mordió su labio inferior, mirándola, negando;—Dale Ignacio, no seas tan paja.—Murmuró, buscando a su amigo, Lit killah, con su mirada.

La pelinegra por su parte, sonrió de lado saliendo del lugar, dirigiéndose hacia Duki y Khea. Aprovechaba estos momentos porque hace algunas fechas atrás, Mauro e Ignacio tuvieron una discusión, a base de diferencia entre ambos, lo cual causó que Ecko no le hablé, ni nada por el estilo. Ella no usaba a Mauro, ya que lo consideraba su amigo, la ayudo en varias cosas, pero su tenía que hacer que Nacho se enoje... Lo iba a lograr.

—¿Qué onda, amigo?.—Preguntó la chica, acercándose hacia ambos.

—¿Todo tranqui, ma?.—Sonrió Khea, al verla, mordiendo su labio inferior

—todo piola, ñery—asintió levemente, parándose en medio de ambos, dando un trago a su jarra;—¿Quieren?, La hice yo, juro que esta rica.—Solto una risita.

Mauro hizo una mueca dudoso, pero terminó aceptando;—Si muero, Khea, vos sabes dónde dejé mi carta de despedida, y quién fue la culpable.—Bromeó y rió, tomando la bebida.

G.A
04:23 a.m
30/01/21

𝒞𝒶𝓂𝒶𝓇𝒶 𝒟ℯ𝓁 𝒯𝒾ℯ𝓂𝓅ℴ | 𝐸𝑐𝑘𝑎𝑧𝑧𝑢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora