ᴠᴇɪɴᴛᴇ.

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Julieta.

No me cansaría nunca de verlo, observar cada parte de su piel, dejar tatuado en mí mente cada uno de sus gestos, su sonrisa, su inteligencia, aunque no parezca que la tenga. Mí cuerpo pedía al suyo, y yo sé que el suyo exige al mío.
Logré encontrar a mí media naranja, ese cable que me conecta a tierra, esa pieza de rompecabezas que me faltaba, ese pedacito que le faltaba a mí corazón para estar completo.
Pero es muy doloroso saber que todo en un abrir y cerrar de ojos se puede disolver, se rompe, se hace cenizas, te lo arrebatan de las manos, y yo no estoy preparada para volver a sufrir lo mismo con la misma persona, no quiero volver a salir lastimada, no quiero que él salga lastimado por mí.
Ambos estamos muy lastimados y aunque digan que dos rotos se pueden reparar entre sí, no quiero arriesgarme, no quiero arriesgarme a perder lo que más quiero en el mundo, no puedo.

—Ju... ¿Me estás escuchando?.—Pregunto con algo de tristeza al creer que no le preste atención.

—Si, si te estoy escuchando.—Sonrei levemente;—estas hablando de la estrella más grande de la galaxia; UY Scuti, es más grande que el Sol, y la más conocida por la humanidad.—una sonrisa se formo en su rostro, haciendo que mi corazón explote de amor.

—Exactamente, esa estrella es preciosa... Pero no tanto como vos.—Murmuró para él la última frase, creyendo que yo no la había escuchado, causando que mis mejillas se tornen algo rosas.—Y ahora... ¿Sabés cuál es la Sirius?.

Ambos nos encontrábamos acostados en el pasto de su casa, nadie estaba, y fue la mejor propuesta que me pudo haber hecho, nunca supe lo tan hermoso que es el cielo de noche.

—No, ¿Cuál es?.—Pregunte con confusión, amo cada vez que se toma el tiempo de explicarme cada detalle de cada constelacion o estrella.

Ignacio acomodo su cabeza la cual estaba apoyada en mi pecho, mientras que yo dejaba caricias leves en su pelo;—La Sirius o Sirio es la estrella más brillante de la oscura noche de la ciudad. Obvio que su brillo no sobrepasa a Venus ni a Júpiter, y existen muchas estrellas más brillantes que ella, pero lo que la hace notarse más es que solamente esta a ocho mil seiscientos años luz aproximadamente... Eso es bastante cerca a comparacion de las demás.—¿Cómo puede caber tanta información en una cabeza tan pequeña?, Lo admiro.—Dicen que Sirius es veinte veces más brillante que el mismísimo Sol.—En sus labios se formo una leve sonrisa, mientras que su mirada estaba clavada en el cielo;—¿Y sabes dónde la podes encontrar?—me dedique a hacer un ruido raro que lo hiciera continuar;—Esta en la constelación del hemisferio Sur de Canis Maior y el Can Mayor. Pero es más fácil encontrarla con el Cinturón de Orión, si seguís las tres estrellas con brillo medio, la podes encontrar.—Elevo una mano hacia el cielo, apuntando algún lugar;—Si no me equivoco, el Cinturón de Orión está ahí, y siguiendo esas tres estrellas... Ahí está Sirios.—Sonrió apuntando la estrella, literalmente brilla muchísimo, es preciosa.—¿Es hermosa, no?.

—Es preciosa, Nacho.—una sonrisa se formo en mí rostro, mientras un escalofrío recorría mí cuerpo ante el viento frío.

—¿Sabes por qué te dije todo esto?.—Cuestionó, tomando las frazadas que habíamos traído anteriormente, y me tapo con la misma, mientras él se tapaba con la otra.

—No, ¿Qué significado tiene?.

—Esa estrella sos vos, Ju. O al menos es así como yo te considero.—Confesó. Presione mis labios evitando un pequeño puchero;—Vos sos la estrella que alumbra toda mí oscuridad, sos esa estrella que a pesar de todo el daño que le hicieron para intentar apagarla o superarla, nunca pudieron porque siempre supiste como volver a reconstruirte y seguir brillando. Para mí vos brillas ochenta veces más que el Sol, sos mí estrella guía.—Ladeo su cabeza para poder mirarme. Mis ojos sin permiso alguno dejaron escapar lágrimas rebeldes, y mí labio inferior temblaba como una pequeña niña;—Dale, boba.—Sonrió tiernamente, acostándose a mí lado, enrollandome en sus brazos, me siento tan protegida entre ellos que no me dan ganas de dejarlo.

𝒞𝒶𝓂𝒶𝓇𝒶 𝒟ℯ𝓁 𝒯𝒾ℯ𝓂𝓅ℴ | 𝐸𝑐𝑘𝑎𝑧𝑧𝑢.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora