𝒞𝒶𝓂𝒶𝓇𝒶 𝒟ℯ𝓁 𝒯𝒾ℯ𝓂𝓅ℴ | 𝐸𝑐𝑘𝑎𝑧𝑧𝑢.

ᴛʀᴇᴄᴇ.

Tiempo paso. Exactamente un año y ocho días.
¿Qué pasó en tantos días?.

Julieta luego del juramento que hizo, logro superar, a Ignacio, costo, pero se pudo. Su relación con Ivo no duró, no había apoyo por parte de ella, no era buen momento para estar en una.
Con Mauro, Alejo y Bruno a su lado, ayudándola a sanar todas las heridas, logro volver a salir a las canchas. Clavo el hit del momento; "chapiadora", se sentía orgullosa por todo, y muy agradecida por quienes decidieron quedarse a su lado tanto en las malas, como en las buenas.
Salió de joda con los pibes, en una que otra se cruzo con Ignacio, pero ya no estaba en esa onda.
Su dulzura ya no existía, se renovó. Cambio de look, cambio de vida.

En una de las juntadas en la casa de sus amigos conoció a Tomás (C.R.O). Le parecía piola, y buena persona.
Así fue como paso bastante días con él, dónde logro conocerlo o ella creía, conocerlo al fondo.
Sus sentimientos reaparecieron, pero algo/alguien le decía que salga corriendo de ahí, ese algo/alguien, era Mauro.
Conocía a la perfección y sabía que clase de pibe era Tomás. No quería que Julieta vuelva a sufrir otra vez, no quería volver a verla mal.
Ella sin embargo decidió ignorarlo, sabía lo que hacía y donde se metia, lo que es obvio que no, no tenía cien porciento claro lo que estaba haciendo.
Terminó poniéndose en una relación seria con su supuesto "amor de su vida", no era cierto, aún su corazón, o lo poco que quedaba de él, seguia siendo de Ignacio, por más que quiera negarlo.

Los primeros días fueron todos colores de rosas. Poco a poco las cosas fueron cambiando; Julieta ya no se juntaba con sus amigos, no hablaba con nadie, desapareció de las redes. Era obvio que algo andaba mal en su vida, y la causa de eso era Tomás.
La estabilidad mental que había recuperado poco a poco fue disminuyendo.
Nuevamente estaba pérdida, y veía escapatorias, no lograba verlas en una relación tóxica.

[...]

¿Ignacio?, Ignacio estaba en la nada.
Ese día cuando se encontró por última vez con Mauro, llegó a su casa agotado, sin ganas de nada.
Su novia se encontraba llorando, él no lograba entender nada. En medio de sollozos le dijo que estaba embarazada; cuatro meses.

Su primera impresión fue de rechazo, pero luego de pensarlo un rato, lo acepto y estaba feliz por ello.
Le contó a todos sus amigos lo ocurrido con sus ojos brillosos, todos negaban, le decían que ese hijo no era de él, que no sea pelotudo.
Se enojo con ellos, y decidió ignorar sus comentarios negativos.

Emocionado comenzó a comprar todo lo que un bebé necesitaba; ropa, pañales, mamadera, chupete, cuna, cambiador, etc.
La mitad de su sueldo iba dirigido a su futuro hijo.

Cinco meses pasaron, esperaba ansioso que el día llegará, de poder tener a su pequeño en sus brazos, poder mimarlo y enseñarle todo lo que el conocía. Por una parte el miedo lo invadía, por el hecho en que creía no ser el mejor padre del mundo, a fracasar y que su bebé lo mire como mal padre.

Esa misma noche su novia rompió bolsa.
Llegaron rápidamente al hospital.
El parto salió de lo más bien. Lágrimas de felicidad se escaparon al tener al menor en sus brazos, y sentir ese lindo calorcito.
Estaba tan feliz...
Pero siempre dicen que la felicidad si pequeños momentos de cinco minutos, ¿No?.

Luego de quince días de estar con Rocío en la clínica, volvieron a su casa.
Estaban tan agotados, el bebé se había dormido luego de estar vario rato llorando.
Ambos se acostaron, su contraria al tocar la cama quedó plasmada, estaba tan cansada que no le dió tiempo a decir "buenas noches".
Ignacio sonrió mirándola, sus ojos se iban cerrando lentamente, pero fue interrumpido por notificaciones que comenzaron a sonar sin parar en el teléfono de la morocha.
Bufó, extendiendo su brazo, abriendo el mismo, leyendo los mensajes que nunca en su vida hubiese querido leer.
Sus ojos se llenaron de lágrimas de decepción, tristeza y enojo.