𝒞𝒶𝓂𝒶𝓇𝒶 𝒟ℯ𝓁 𝒯𝒾ℯ𝓂𝓅ℴ | 𝐸𝑐𝑘𝑎𝑧𝑧𝑢.

ᴅɪᴇᴄɪɴᴜᴇᴠᴇ 《ᴘᴀʀᴛᴇ ᴅᴏs/ᴅᴏs》.

《ɴᴏs ғᴜɪᴍᴏ' ᴇɴ ᴜɴ ᴠɪᴀᴊᴇ sᴏʟᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴅᴇ ɪᴅᴀ.》
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advertencia, antes de que sigas leyendo, este capítulo contiene +18, si te bancas la toma, léelo completo, sino, solo ignóralo y lee lo que sigue, gracias por su atención.❌

Ignacio.

—¿Querés qué te presente a Julián?.—Pregunté buscando ropa cómoda en mi placard, mientras Julieta estaba acostada en mi cama con su teléfono.—Es un pibe con alto talento, lo conocí hace unos meses, es del barrio.—Comente, adueñandome de la mirada de la ahora, colorada.

—Si vos me lo querés presentar, está bien.-Sonrió, a lo que yo asentí;—entonces si, vamos, te acompaño.—Se levanto de la cama con toda la fiaca del mundo, sacudiendo el buzo que sacó de mi armario, acomodándose el elástico de su pantalón.

Yo solo sonreí mirándola, creo que estoy más embobado en Julieta colorada que en otra cosa.
Terminé de cambiarme, colocándome mis ojotas para ambos bajar y dirigirnos hacia el estudio.

—¡¿Qué onda?!.—Salude con una sonrisa, entrando a la habitación, ganandome la mirada de todos.

—Hola turro.—sonrió Julián, levantándose de su asiento, saludandome con un apretón de manos y abrazo.—¿Todo bien?.—preguntó, dirigiendo su mirada rápidamente hacia la pelirroja que entraba detrás mío.

—Todo tranqui, ¿Vos?.—pregunte, frunciendo mi ceño, cerrando la puerta una vez que Julieta entro;—Los presento.—aclare mi garganta, metiéndome en medio del camino de Julián—.Cazzu, Rei—apunte a la pelirroja con mi cabeza;—Rei, Cazzu...—Hice una leve pausa, al sentir que estaba presentándolos mal;—Bueno, mejor háganlo ustedes, mi neurona no funca para estas cosas.

—Y no, Nacho, tu neurona no funca nunca.—Ataco Julieta con una sonrisa burlona en su rostro, mientras saludaba con un beso en la mejilla al castaño;—Un gusto, Julieta.

Rei rió presentándose de la misma forma que mi pelirroja.

—Bue, ¿Qué te pinta wachina?, Mira que nos vamos a los besos, digo, a los viajes.—una sonrisa se formo en su rostro. La mire, haciendole frente, intentando disimular una sonrisa.

—Dale wachin, vamos a ver si te da.

—No, Nacho, yo no te lo recomiendo, es ee maldita esta demonio.—Interrumpio Berna;—el otro día la estamos boconeando, ¡Y me empezó a boxear re piola!, Es re maldita.—dramatizó a lo que todos reímos.

—Eso es mentira, me estás dejando mal frente a todos, mentiroso.—Se defendió Julieta, riendo.

—Y... De vos lo espero, Ju.—bromeé, sentándome en el sillón. Ella se sentó a mi lado, en una posición de yoga con sus piernas cruzadas.—Bueno.—carraspee mi garganta, sonriendo levemente al sentir la cabeza de Julieta en mi hombro;—Rei, ¿Qué maqueta tenías ahí?.—

—A, si, va.—se acerco a Mozart con su teléfono, pasando el beat y barras a la computadora.

—¿Querés qué traiga la comida?.—Hablo Julieta en un susurro cerca de mi oído;—Yo tengo hambre.

—Si tenés hambre está bien, traela y de paso decile a Gaby que se vaya a dormir, mañana tiene escuela.—Pedí, a lo que mi compañera asintió, saliendo del estudio.

[...]

Ya son las dos y veinticuatro de la mañana, estuvimos más de cinco horas grabando. En lo que fue de la madrugada, al parecer Julieta y Julián se cayeron bien, y mientras yo grababa podía ver como ellos reían a carcajadas. Ese sentimiento raro como de celos se apoderaba de mi, de mi cuerpo, raro porque es como enojo, tristeza... Un poco de todas las emociones feas juntas. Intentaba querer sacar eso de mi, pero no puedo, eso vino, y vino para quedarse, como el amor que siento por ella.
Terminé de grabar mis barras y volví a mi lugar, al lado de la pelirroja, apoyando mi cabeza sobre su pecho. Sonreí levemente al sentir como sus cálidos brazos intentaban rodear mi espalda y su delicada mano se posaba en mi pelo, dejando pequeños mimos.