Jade
Mi abuela era muy mayor, cuando supimos que había enfermado nos estábamos preparando para lo peor.
Cuando mi madre recibió la noticia no perdimos tiempo y vinimos en seguida, fue hace poco la última vez que la vi. Pero aún así se sintió tan lejano.
Ya habían personas reunidas en la casa, y se escuchaban los sollozos y gemidos provenientes desde dentro de la casa. Nos sentimos desorientadas mi madre y yo cuando bajamos del auto, caminábamos de forma automática hacia la casa que no hace tanto nos llenaba de tanta alegría con las historias y los consejos de mi abuela.
Sabíamos que este momento llegaría, y sabíamos muy bien que sería pronto, pero por más que se intente, nunca se está preparado para la muerte de alguien, y aún menos preparados cuando ese alguien es querido por ti, de alguien con quien compartes demasiados recuerdos, abrazos, alguien a quien escuchas, alguien que te escucha y hace lo posible de entenderte y decirte las palabras que necesitas aunque no sean las que quieras escuchar.
Mi madre no estaba lista para decirle adiós a su madre, yo no estaba lista para decirle adiós a mi abuela.
Mis familiares están prácticamente como mi madre y como yo, duele. Y recordar todo lo que habían pasado juntos hace que duele más porque no volverán a compartir risas, abrazos, bromas, chistes, recuerdos, ya no habrán más. Y eso realmente duele.
Entonces deseé haberme quedado más tiempo cuando vine la última vez que la vi, fue hace una semana pero se siente lejano, muy distante. Y pensar en eso, aunque escuche los grito, sollozos, gemidos, quiero creer que todo esto es falso, porque siento como el corazón se enconge dentro de mi pecho.
Siento que al encogerse me duele, me aprieta, mientras más camino más me duele, entonces dejé salir ese llanto de dolor que tenía apretando mi pecho, pero el dolor seguía por más que lloraba, por más lágrimas que descendieran como una cascada desde mis ojos dejando el rastro mojado, pero el dolor sigue ahí, apretando mi corazón.
No estaba lista, no estoy lista para dejarte ir, para no verte más, no lo estoy, siempre voy a pensar en ti abuela, siempre recordaré tus consejos, tu rostro, tu risa.
Voy a amarte siempre.
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La chica que veo a las 4
Short StoryY sin darme cuenta me acostumbré, a mirarte desde mi ventana todos los días. Inconscientemente esparaba con ansias las cuatro de la tarde solo para verte durante unos segundos que para mí eran más que suficientes. Pero luego no lo sentí así, no era...