Kira
¡No puedo!
—Gust, por favor ya deja de seguirme.
—Pero si yo no te estoy siguiendo. —Me crucé de brazos y cambiando la posición de mis piernas, apoyando el peso en la pierna izquierda, lo miré fijamente, según yo, con aspecto interrogante. —Es que irónicamente vamos a los mismos juegos, no te estoy siguiendo Kiraisy.
Esto me estresa, dejé caer mis brazos a mis costados y me alejé de él, claramente me siguió, ¿y qué puedo hacer? ¡Es que él me pone nerviosa!
¿En serio le llegué a gustar? ¿Y si le gusto todavía? No vale, no lo creo, no es posible, ¿o sí lo es? ¡No! No puede ser porque teníamos muchos años sin vernos, así que no puede ser que yo le guste todavía.
—Me gusta tu cabello, es bonito.
Me detuve y lo miré nuevamente, ¿qué le pasaba? No andas elogiando a la gente como si nada, esas cosas confundes, y eso es exactamente lo que él está haciendo conmigo ahora.
—Gustavo, por favor no hagas esto.
—¿Que cosa? —frunció el ceño.
—Esto —extendí los brazos según yo refiriéndome a la situación. —Decirme cosas lindas, ¿por qué lo haces Gustavo?
Él se quedó mirándome seriamente, y luego de unos segundos una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Su comisura izquierda se encontraba un poquito elevada y sus ojos sólo expresaban cariño y una mezcla de comprensión con ternura.
Yo seguía esperando que dijera algo, porque si silencio, su pequeña sonrisa y su ojos no me decían claramente una respuesta. Segundos después quise cambiar mi pregunta, ¿porque somos amigos de la infancia? Tal vez respondería eso, y tiene sentido, no tratas mal a una persona que formó parte de tu grupo de amigos desde que eran pequeños y que realmente fue un gran y buen amigo.
—Porque todavía me gustas.
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La chica que veo a las 4
Short StoryY sin darme cuenta me acostumbré, a mirarte desde mi ventana todos los días. Inconscientemente esparaba con ansias las cuatro de la tarde solo para verte durante unos segundos que para mí eran más que suficientes. Pero luego no lo sentí así, no era...