4: Jade

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Jade

No me gusta llegar tarde a la biblioteca, llego todos los días a la misma hora, ni un minuto más, ni un minuto menos. Ni siquiera tengo un horario en realidad, solo me encanta leer y hablar con la bibliotecaria, es una joven muy amable.

Cuando abro la puerta suena la campanita dando a entender que alguien ha entrado.

—Hola Isabela— digo al llegar al mostrador.

—Y ahí está Jade— dice y levanta la cabeza, estaba guardando algo debajo del mostrador —A la misma hora de siempre.

Le sonrío porque tiene razón.

—Algún día no llegaré a las cuatro y cinco minutos y te vas a preocupar, ya lo verás.— me cruzo de brazos.

—Estoy seguro de eso— dice Harold, su novio llegando con una caja en sus brazos, la deja sobre un carrito.

—Pues yo no lo creo— nos contradice Isabela. —Si llegas tarde estaré ocupada trabajando y ni siquiera me daré cuenta de tu ausencia.

Separé un poco mis labios con la intención de hablar, pero Harold me interrumpió.

—Chicas, amo que se vean, discutan y todo eso pero necesito que bajen la voz, no olviden que estamos en una biblioteca. Jade, ¿me puedes ayudar a acomodar estos libros?— dijo al señalarme con su dedo índice y yo asentí, luego señaló a Isabela —Y tú mi amor, atiende al trabajo.

Ella lo miró entrecerrando los ojos y luego sacó su lengua en nuestra dirección. Desde ese momento nos ignoró y nos fuimos Harold y yo a organizar los libros que estaban en la caja.

Terminamos de organizarlos y me puse a leer 'Romeo y Julieta' solo porque quiero leer un clásico. Leí solo un poco porque la biblioteca la cierran a las seis de la tarde y ya eran las cinco y cincuenta y cinco. Puse un marcador de páginas donde me quedé y ayudé a cerrar. Yo me fui por el mismo camino por el que llegué, y ellos se fueron por otro luego de despedirnos.

La chica que veo a las 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora