Entre acordes

Necesidad

- Narra Mónica -

Estuvimos sentadas un rato más hasta que el fuego empezó apagarse, mientras Vane recogía la manta, la guitarra y las copas, yo lo terminaba de apagar con arena.

_ Creo que necesito una ducha, pero solo de pensar tener que abrir la maleta se me van las ganas.

_ No hace falta, cuando fui a regar tus plantas ayer me tomé el atrevimiento de traerte algo de ropa, el bolso azul tiene tus cosas.

_ No puede ser que siempre pienses en absolutamente todos los detalles. - Me abrazo y me dio pequeños besos por la cara.

_ Es que yo también odio deshacer las maletas cuando vuelvo de viaje.

_ Es bueno saberlo.

- Sin darme cuenta ya estábamos debajo de la regadera juntas.

_ ¿En qué momento yo dije que me quería duchar también?

_ Te leí la mente, uno se debe ir a dormir limpita

_ Que conveniente.

_ ¿No llevo más de 12 horas aquí y ya te cansaste de mí, Carrillo?

_ NO, en lo absoluto. Yo muy feliz de acompañarte, solo era un pequeño comentario.

- Por supuesto lo que iba a ser solo una ducha acabó con un orgasmo compartido, los pijamas en ningún momento salieron de los bolsos y acabamos en la cama exhaustas, la cobija sería suficiente -

_ Si fue buena idea ella ducha - Dije al recobrar el aliento del todo recostada en su pecho-

_ Lo sabía, tu hazme caso siempre. Ahora explícame bien cómo llegaste a este lugar, es preciosa.

_ Pues quería llevarte a un lugar lindo, pero no tenía idea de donde, así que tomaba el coche y salía a ver qué encontraba, en internet vi un millón de hoteles y casas de alquiler, pero no era lo que buscaba, la semana pasada iba por la calle principal, donde te pregunté lo del antifaz y decidí no seguirla sino entrar a este camino que era como más rústico, de hecho no hay asfalto, y en cuanto la vi quedé maravillada, antes hay otras dos y más adelante una que es mucho más grande, llamé de una vez al número que estaba en el cartel y ya, aquí estamos.

_ ¿Nos podemos quedar a vivir aquí?

_ Mmm, por mí no habría problema, pero no creo que a los dueños les agrade la idea, por ahora podemos quedarnos hasta el viernes.

_ ¿Cómo lo haces?

_ ¿Qué cosa?

_ Ser tan detallista, tan cuidadosa, tan especial, para pensar en absolutamente todo.

_ No me digas esas cosas, solo hago lo que me nace, Vane.

_ Es que no puedo evitarlo, Mónica. Con todo el trabajo que has tenido estos días, has sacado tiempo para preparar todo esto para mí, no sé cómo agradecer tanto.

_ No tienes que agradecer nada, solo disfrutarlo conmigo y ya está.

- Mientras hablábamos no paraba de hacerme cariños en el cabello, ya se había dado cuenta que eso era un somnífero natural para mí, si seguía así en unos minutos me tendría fuera de combate.

_ Y lo haré, pero eso no quita que te seguiré dando las gracias cada vez que quiera, ahora vamos a dormir antes que me dejes hablando sola.

Levanté la cara quedando muy cerca de su boca y se sonreí antes de darle un pequeño beso, definitivamente ya conocía muchas de mis manías y eso me encantaba, me acurruque nuevamente en su pecho.