Capítulo 18

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Julio 11, 2016. Minutos antes de la muerte de Penny.

LUIS ANGEL POV:

Los dulces labios que había querido probar desde hace tiempo yacían pegados a los míos moviéndose con desesperación. Literalmente, los estaba devorando. Me había dejado llevar por el momento y le había correspondido el beso. Ambos nos entregamos el uno al otro. Mateo me besaba con intensidad y desesperación, como si hubiera estado esperando esto desde hace mucho tiempo. Era la primera vez que besaba a un chico, no quería hacerlo mal, por lo que trataba de seguirle el ritmo.

Mateo relajó el agarre de mis muñecas y posó sus manos a ambos lados de mi cintura. Yo, por otro lado, puse mis manos alrededor de su cuello para acercarlo más a mí con la intención de intensificar el beso que nos consumía a ambos. Tuvimos que separarnos unos cuantos centímetros por la falta de oxígeno. Nuestras respiraciones estaban agitadas, como si hubiéramos corrido una maratón. No obstante, Mateo no separaba su nariz de la mía, ni yo lo soltaba del cuello. Estuvimos así por unos segundos más hasta que de pronto la llegada de alguien atravesando la puerta nos hizo separarnos rápidamente. Unas aplausos se escucharon segundos después.

—¡Bravo! ¡Bravísimo! — decía Willow muy irritada — Quién hubiera pensado que el bombón de Mateo Scott era todo un maricón — sonrió desquiciadamente.

—No te voy a permitir que te expreses de él así ¡Víbora! — salí en su defensa.

—Willow, déjame explicarte las cosas.

—No hay nada que explicar, bebé. Todo ha sido revelado, mago — mi corazón dejó de latir, Mateo también se tensó ¿Ella acaso me había dicho mago?

—¿De qué hablas, Willow? — preguntó Mateo haciéndose el confundido mientras que instintivamente me ponía detrás suyo.

—Con que no entiendes, mi vida — dijo mientras ponía una expresión de ternura — ¡Ay cosita! Todo tiene sentido ahora. Las cucarachas, el vaso de refresco que me cayó en la blusa el día que intenté besarte.

—¿De qué hablas, loca? — hablé yo mientras me ponía al costado de Mateo.

—Sé lo que eres, sé que tienes poderes, sé que mueves las cosas a tu voluntad y que haces más cosas raras, sé que eres un mago.

—Estás paranoica — dije nervioso. Mateo me tomó de la mano fuertemente.

—¿Paranoica yo? Jajaja — una risa perturbadora se dejó oír — Yo sé lo que eres, porque yo también soy una bruja.

Su confesión terminó por dejarnos aún más helados de lo que ya estábamos.

—Lo siento, fui muy inexacta. Lo que quise decir es que solía tener ascendencia mágica, mas no heredé ningún poder. Ahora solo me dedico a cazar personas enfermas y abominables como tú.

—¿Qué eres? — dijo Mateo en un susurro.

—Soy una cazadora de brujas — del escote de su blusa sacó dos pistolas y luego comenzó a dispararnos.

Reaccioné de inmediato y alejé de ella las pistolas. Aprovechamos para huir rápidamente del lugar por una puerta, la cual nos llevó al callejón trasero del centro comercial, el cual estaba lleno de contenedores de basura. Justo nos ocultamos detrás de uno.

—Hay que desaparecer de aquí — gritó Mateo.

—No podemos, ella sabe quién soy. Debemos detenerla antes de que hiera a alguien más — Mateo me miró angustiado.

¡Pum! Un disparo cayó cerca de nuestros pies.

—Si vamos a detenerla, lo haremos a mi modo — declaró — Yo seré la carnada y tú la vas a detener ¿De acuerdo? — yo asentí.

Las 7 Maravillas: El ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora