Capítulo 30

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Septiembre 20, 2016

LUIS ANGEL POV:

—Hola — saludó Mateo seductoramente.

—Hola — respondí extrañado de su actitud.

—¿Tienes algo qué hacer la próxima semana? — preguntó sonriendo.

—Ahm, no, creo que no.

—¡Perfecto! — exclamó feliz.

—¿Pasa algo?

—¿Qué te parece la idea de ir a la playa el próximo jueves y estar ahí unos cuantos días?

—¿Un día de semana, en la playa?

—Sí ¿Crees que tus padres te dejarían ir?

—Bueno, estoy muy bien en mis notas y ellos son muy comprensivos, supongo que sí.

—¡Bien! — exclamó triunfante.

—¿Entonces es una cita? — pregunté haciéndome el tonto.

—Por supuesto que sí — contestó dejando de lado mi intención sarcástica.

—¡Oh! ¡Wuau! En ese caso, creo que sí. Sería excelente. Me gustaría ir contigo.

—¡Cool! Entonces nos vemos el próximo jueves — sentenció llevando sus labios a mi frente. Sonreí como tonto al sentirlo.

—Nos vemos el próximo jueves — repetí aun con la sonrisa en los labios. Mateo fue el primero en salir del armario del conserje, ya que, sí, esta extraña y bonita propuesta había sucedido dentro de este oscuro, discreto y pequeño lugar. Apenas me vio me trajo aquí. En fin, después salí yo, no había nadie alrededor, así que fui directo a clases.

—/O\—

Septiembre 29, 2016

MATEO POV:

—Hola — le di un suave beso en los labios — ¿Estás listo? ¿No te olvidas de nada?

—Tengo todo en la valija: ropa, bloqueador, dinero, una botella de tequila — enumeró lo último sonriendo maliciosamente.

—¡Perfecto! ¿Tus padres cambiaron de opinión con respecto al viaje?

—No, para nada. Les gustó la idea de que me distraiga un poco. Aparte, como voy contigo, dijeron sí inmediatamente. Les agradas sin conocerte — aquello me contentaba mucho, me hacía sentir bien que a los padres de Luis Angel les pareciera un tipo agradable y confiable.

— Entonces, nos vam...

—¡Alto! — interrumpió una voz chillona a nuestras espaldas. Ambos giramos y nos dimos cuenta de su inoportuna presencia — Faltamos nosotras.

—Nosotras — repetimos al mismo tiempo Luis Angel y yo. Detrás de Danna aparecieron Fernanda y Pamela.

—Hola, amigo — saludó muy emocionada Pamela.

—¿Quién las invitó? — pregunté enfurecido.

—Fui yo — admitió mi hermana con una sonrisa en la cara — ¿Qué acaso no recuerdas que te pregunté si podían venir? Me dijiste que sí.

—¿En qué momento dije eso? — le increpé cruzándome de brazos.

—Uhmm, hace tres días, cuando te lo pregunté mientras lavábamos los platos de la cena.

—Estaba concentrado en otra cosa — respondí en voz alta.

—¡Oh! Mateo, tranquilo — Luis Angel intentaba apaciguarme poniendo sus manos sobre mis brazos — Ya están aquí, no podemos botarlas.

Las 7 Maravillas: El ComienzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora