Capítulo 10

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Nota del autor: Por motivos de mayor placer/ satisfacción en este capitulo se les pedirá que escuchen esta canción.

Cántame al oído

Violett

¿Qué estoy haciendo? No lo sé. Mantengo los ojos cerrados sintiendo mi cuerpo flotar entre el tiempo y el espacio, su mano acuna mi rostro para profundizar el beso y con su otro brazo me presiona con más fuerza a su cuerpo, apretando mi pecho contra el suyo.

Se lo siente tan desesperado y triste, que si no lo hubiera tratado antes diría que algo lo atormenta lo suficiente para hacerlo ver vulnerable unos segundos, pero él no es así, simplemente está tratando de manipularme como lo hizo ayer.

La noche anterior me había dejado llevar por su presencia, pero me prometí que no sería así, qué si iba a jugar, las reglas las iba poner yo.

Tengo que ser más racional, menos impulsiva al contestar, saber mis cartas y usarlas con inteligencia, no todo en esta vida debe ser contestado con la misma actitud. Claro que él me sacaba de mis casillas, pero tenía que aprender a controlarme.

Me tomó por sorpresa encontrarlo en medio de mi paseo nocturno, después de pasar todo el día desesperada en una lucha interna sobre si lo que había hecho era lo correcto o no, mis dos voces interiores no me dieron tregua en ningún momento.

Había sido una batalla campal lograr que se calmaran, y luego poder tomar una ducha para limpiar toda la suciedad y estrés a la que mi cuerpo había sido sometido durante 48 horas, después de eso había decidido dar una vuelta para acostumbrarme al clima de este lugar, que es muy distinto al que soportaba usualmente en Londres.

Mis pensamientos revoloteaban cada cierto tiempo sobre lo que sucedió en esa mezquita, y no podía negar el hecho que quería disfrutarlo otra vez, pero con más detenimiento, darme la oportunidad de poder contemplarlo mejor.

Estar pensando justo en él y verlo delante de mí con la misma ropa de la mañana, pero la diferencia es que esta tenía muchísima más sangre encima, dándole una apariencia más tenebrosa, como si hubiera salido directo de descuartizar a alguien.

Me ha dejado sin palabras y sin saber que hacer solo por el simple hecho de verlo; de ver esa imagen tan sombría cernirse en la oscuridad, sus ojos que antes se notaban brillantes ahorita se veían oscuros, su cabello despeinado y húmedo cayendo sobre los costados de su cara mientras su pecho subía y bajada de manera desesperada.

No me había alejado mucho del campamento, pero la única luz que nos iluminaba en este momento era la de la luna. Nuestros ojos se encontraron en un instante en esa continua batalla entre sus celestes como el cielo y los míos color miel.

Me quedé en el mismo lugar sin dejar de mirarlo. Su apariencia, aunque siniestra, se notaba algo rota como si fuera un muñeco vacío, eso impidió que me fuera de ahí.

Determinándolo por varios segundos pude notar las ligeras gotas color carmesí cubriendo sus mejillas pálidas, sus brazos y manos también estaban cubiertas con el mismo color. Era demasiada sangre para ser de él así que descarté la preocupación tan rápido como llegó, pero otro tipo de sentimiento de instaló en su lugar.

¿Miedo? No, era todo menos miedo, era como si ya estuviera acostumbrada a este tipo de situaciones.

Y sin poder analizarlo más me vi envuelta entre sus brazos, en un beso que me permitió perderme. No sé que tipo de efecto hacía él en mí, pero definitivamente me quitaba el raciocinio.

ARRITMIA ©®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora