Mes y medio
Violett
Estoy haciendo todo mal, algo me dice que no debería estar siguiendo a Killiam, pero a pesar de eso, no puedo parar de pensar a donde se dirige tan ensimismado.
Camina tan rápido y como sus piernas son largas, prácticamente tengo que trotar para no perder su rastro.
Es un camino largo el que estamos recorriendo, y yo intento ser lo más sigilosa que se pueda ser, para que no se gire y me vea. Estoy segura que debería volver, no debería hacer esto.
«Vamos no seas cobarde» -yin
Si se enoja y nos grita, tú tendrás la culpa.
Después de un rato llegamos a un pueblo, sus casas se ven en mal estado, y las personas miran al teniente coronel de reojo, evitando el contacto directo. Parece un pueblo abandonado, no hay muchas personas, pero logro ver varios niños correr descalzos, y llenos de tierra.
Observo a madres llamar a sus hijos al notar nuestra presencia, no creo que les guste que estemos aquí.
Trato de no apartarme mucho, y a pesar de que la distancia entre los dos se ha acortado, Killiam no nota mi presencia.
Caminamos a través del pueblo, hasta llegar a una cueva, o mina, no sé bien lo que es.
Él ingresa sin pensárselo dos veces y yo me detengo en la entrada. Esto se ve demasiado inestable, no me gustaría quedarme atrapada aquí adentro, o que se desplome y me aplasten las piedras.
«Vamos, vamos que lo perdemos»-yin
No creo que esto sea buena idea, las paredes están sostenidas por palos de madera, mi coeficiente intelectual me dice que no es seguro.
La ansiedad se apodera de mi cuerpo, cuando miro hacía atrás para regresar al pueblo y luego miro hacía adelante a la entrada oscura de esa vieja mina.
Cierro los ojos y avanzo, rogando que no pase nada malo por una vez en mi vida. Logro ver varias linternas que iluminan el estrecho camino, cuando llego al final del pasadizo un gran espacio se abre delante de mí y hay varias puertas.
—Buenas tardes —la voz de Killiam me llama la atención, y me acerco a la puerta de dónde proviene.
La empujo un poco para abrir un pequeño espacio por el que puedo ver la habitación que se encuentra ligeramente iluminada, pero puedo observar perfectamente a Killiam parado delante de alguien.
—Voy a ser considerado y te dejaré elegir si quieres los clavos en los dedos de los pies o las manos —vuelve a hablar, y se corre hacia la derecha dejándome ver a quién tiene encadenado a la pared.
Es el soldado que mató a la enfermera anoche, y la ira de la escena vuelve, pero me controlo viendo bien que es lo que Killiam va a hacer. Sus palabras de anoche; "Torturo por placer" me han molestado todo el día. No puedo juzgarlo, no después de lo que pasó, pero, ¿Seré capaz de verlo torturar? ¿Yo que nací para sanar?
Sigo mirando por la rendija.
—La lengua será lo último que te arrancaré, porque quiero escucharte gritar primero —le informa mientras agarra unos clavos y el martillo de la mesa.
«Que considerado, lo deja elegir. Ese hombre de verdad me encanta» -yin
«Eres una enferma» -yang
Las ignoro, y trago fuerte cuando el soldado se retuerce tratando de liberarse de las cadenas, y Killiam simplemente coloca los clavos; primero es el pulgar y con un solo martillazo lo clava a la pared, un grito desgarrador se escucha en toda la estancia y las paredes tiemblan.
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ARRITMIA ©®
Romance"Todos han vivido su propio infierno" ¿Será tu corazón capaz de soportar el tuyo? Cada persona vive su propio infierno, y solo ellos pueden saber con qué intensidad son quemados. Arritmia nos narra la historia de Violett Williams, una residente de c...