Cuando desperté, todo estaba... ¿normal? Mi cuarto estaba acomodado, la ropa estaba en mi armario, los perfumes y joyería que jamás use, estaban en mi tocador, pero algo andaba mal, mi gorro no estaba en mi tocador, ni mis tenis al pie de mi cama, estaban unas zapatillas, demonios no, cuando me quite la cobija de encima tenía una bata amarilla y una coleta, pero que paso que no sentí nada, corrí a mi cajonera, no puede ser, mis camisetas, mis pantalones, mi ropa interior, mi ropa no estaba, ahora me encontraba muy confundido, asustado y enojado ¿mamá porque?, estaba entrando en pánico, entre en pánico pero no hice nada, solo me quite la liga de mi cabello y empecé a jalarme el cabello, no podría ser cierto, me quitaron todo lo que me pertenecía, todo lo mío, y ahora solo había ropa de una intrusa en mi cuarto, no, no acabara conmigo, imposible, nadie me obligara a cambiar a alguien que nunca fui.
-¡MAMA! ¡MAMA!
-Hijita, que bueno que despiertas, mira que hermosa te ves- intento acariciar mi mejilla, pero no lo permití
-¡NO ME TOQUES! ¿EN DONDE ESTA MI ROPA? - estaba tan desesperado, enojado, triste, mis emociones estaban combinándose y no era nada bueno, para este punto ya estaba rascando mi cabeza de ansiedad
-Pero cariño ¿ que dices? Tu ropa está colgada en tu ropero- solo una risita, cínica
-¡NO ES CIERTO Y LO SABES!
-Esos trapos no te favorecían, cariño, no resaltaban tu figura, tienes un hermoso cabello para tenerlo debajo de aquel horrible gorro, y el amarillo te sienta bien, hija
-¿Que? ¿Ahora estas enamorada de mí? ¡CON UN CARAJO DAME MI ROPA!
-¡Alejandra!
- Soy ¡ALEX¡
-¡Suficiente! Deja de levantarme la voz y cámbiate que iremos a un lugar para que te hagan un lindo corte de pelo ¿no te emociona hija?
-Me estas jodiendo ¿verdad? Mama, no gritare, y te lo pediré de buena manera ¿en donde está mi ropa? ¿Me la puedes dar?
-Con la condición de que uses un sotén, solo para cerciorarme de que tu estas bien
-Odio las varillas ¿que hará un sostén? ¿Eh? ¿Me pondrá coletas y la mugre que te pones en la cara por arte de magia? ¿Acaso es algo así de que me pongo un sostén y abracadabra ya soy lo que quieres?
-Alejandra, debes de comportarte como la señorita que eres, las señoritas no levantan la voz - dijó poniendo sus manos en su cadera y recargando su peso en una pierna.
-Al carajo con ser una señorita, no lo soy, ahora, mamá, por favor ¿donde esta? - se veía ida, no me estaba viendo, solo dirigió su mirada para decirme que estaba en el garaje y efectivamente ahí estaba en una bolsa negra grande, con la casualidad de que estaba de lado de las bolsas de la basura, golpe bajo, sí que dolió.
Al fin me quite esa bata, me tome un baño, al salir de la ducha y mirarme al espejo...
-Un hombre no tiene pechos- me dije.
