Mago [Jinsu]

7.

Yoongi salió del baño espantado, el pijama le calzaba tan perfectamente que era enfermizo.

—Este... Gracias por dejarme usar el baño primero...— dice llamando la atención de Seokjin.

Cuando el futon que estaba arreglando quedó listo, Seokjin giró a verlo, quedando anonadado con lo que veía.

—Bueno...— habló después de unos minutos de silencio —Entonces yo también me iré a bañar, siéntete como en tu casa.— dijo para después dirigirse al baño.

Cuando escuchó el segura de la puerta colocarse Yoongi se introdujo al futon queriendo dormir de inmediato, mas no lograndolo. Es que era frustrante que incluso sabiendo lo que Seokjin pensaba no sabía cómo debía actuar. Si lo hubiera sabido, no se habría quedado virgen hasta los treinta.

Ahora solo le quedaba una opción fiable.

—Oh...— habló Seokjin cuando salió del baño —Ya se ha quedado dormido...

Pero en realidad, Yoongi estaba fingiendo dormir.

—Buenas noches— Seokjin susurró apagando las luces de la sala para entrar a su habitación.

O eso pensó Yoongi, pues solo uno segundos después pudo escuchar pisadas acercándose lentamente hasta su lugar en el suelo, sobre el futon. Cerró sus ojos con fuerza al sentir la presencia de Seokjin demasiado cerca pero así mismo como se acercó, se alejó de inmediato.

Cuando escuchó que las pisadas de regreso estuvieron lo suficientemente lejos, se incorporó notando que ahora su teléfono estaba sobre la mesa cargando y no a su lado.

—Lamento haber pensado que algo malo sucedería— dice revolviendo sus cabellos aún sin salir de la frustración.

De todas formas, ¿por qué su corazón estaba latiendo tan rápido? Si las cosas seguían así lo más probable es que no dormiría nada.

Seokjin en su habitación estaba igual o peor, creyendo que es una ofensa demasiado grande a  su corazón que Yoongi tuviera una cara tan linda mientras duerme.

A la mañana siguiente Yoongi se despierta con un delicioso aroma. Restriega sus ojos con su mano hecha puño para poder despertarse bien.

—Buenos días— Seokjin habla desde la cocina.

—Buenos días— contestó acomodando la mala postura que había optado para estirarse.

—¿Dormiste bien ahí?

—Claro que si, esto es cinco veces más cómodo que mi cama— responde.

—¿Cinco veces?— ríe, volviendo su vista a la cocina —¿Quieres desayunar?

—Sí.— susurra.

—¿Prefieres el tamagoyaki dulce o salado?

Yoongi se sorprendió un poco por la pregunta, pero aún así respondió;—Dulce...

—Yo me encargo.

Entonces vio como Seokjin colocó dos cucharadas de azúcar en los huevos que estaba batiendo. Una vez estuvo todo servido, Seokjin lo invitó a ocupar un lugar en la mesa.

Observó los diversos platos servidos, sin saber qué probar primero, optó por cortar recelosamente un trozo de tamagoyaki para poder probarlo. El sabor llegó a su boca y no pudo evitar hacer una expresión de sorpresa, sabía realmente increíble.

—¡Esto está delicioso!, saben mejor que los que venden en los Ryokans.

—Estás exagerando— comentó Seokjin algo avergonzado. —Dame tu tazón, prueba esta salsa.

Yoongi aprovechó la oportunidad y colocó su mano bajo el tazón antes de extenderlo para crear un roce temporal.

"Así que en realidad si le gusta la comida japonesa, tal como lo investigué"

Cuando Seokjin retiró su mano Yoongi bajó la mirada abochornado, ¿Seokjin realmente había investigado sobre sus gustos?

—Me alegra que te guste el sabor.— habló luego de unos minutos al ver como Yoongi comía gustoso.

—Es genial tener tantos platillos por la mañana. Normalmente como mis tres comidas en un pequeño local.— respondió sin dejar de comer.

—Entonces— colocó sus codos sobre la mesa para poder mirarlo directamente —¿te gustaría venir a comer aquí todos los días?

—Eh,— eso lo había tomado por sorpresa —bueno eso... me sentiría avergonzado.

—Solo estaba bromeando.— respondió Seokjin con una risa genuina —Eres tan serio Yoongi.

Yoongi fingió una risa también y siguió comiendo, quemandose al beber de un tazón que aún estaba caliente.

—Come despacio.— le susurró Seokjin sin dejar de observarlo ni un segundo.

Yoongi estaba maldiciendo en sus pensamientos, estaba dando demasiadas vueltas al asunto y no podía actuar de manera clara. Así como iban las cosas, solo podía pensar en pedir un consejo, debía recurrir a la única persona experta que podía ayudarlo: Namjoon.