"Cuenta la leyenda que; si llegas a los 30 años siendo virgen, te conviertes en mago"
Adaptación de Cherry Magic
Yoonjin
Seokjin; top
Yoongi; bottom
7K - 10/10/2022
8K - 22/03/2023
Inicio: 09/01/21
—Presidente Jaesang, me disculpo si he sido grosero— Seokjin ha perdido la cuenta de cuántas reverencias ha hecho desde que entró a la oficina.
Y es que él señor Park, a pesar de su apariencia, no es una persona desagradable y trata bien a todos. Pero justo ahora parece haber perdido todas esas cualidades y Seokjin no hace más que pensar en que es culpa suya, pues apenas entró fue mandado a llamar por él presidente mismo pero este no ha hecho nada más que ignorarlo.
Yoongi al ver la situación se detuvo un par de metros antes, analizando la manera de acercase, para su suerte la secretaria se acercaba con un té que Yoongi arrebató de sus manos.
—No te preocupes, yo se lo llevo.
—¿Seguro?— a pesar de que sonreía, forcejeaba para no soltar el recipiente.
—Sí, por favor permiteme.
Feliz de haber cumplido su objetivo avanzó más llevando el plato que tenía la taza de té pero se detuvo y dio media vuelta cuando la mirada severa del presidente se posó en él. Pero suspiró y volvió a encaminarse, no quería rendirse viendo a Seokjin con una expresión de preocupación en su rostro. Seokjin siempre lo había ayudado, ahora le toca a él.
—Con permiso— finalmente se acercó y caminó despacio, rodeando el sofá donde estaba sentado el presidente para analizar la manera correcta de tocarlo sin que parezca extraño.
Estando a sus espaldas, estiró su mano lentamente para poder hacerlo pero en el instante en que estuvo a poco de rozarlo, giró.
—Calor— fue lo único que dijo.
—¿Qué?— preguntó Yoongi entre confundido y asustado.
—¡Calor!— volvió a repetir.
—Sí— respondió y caminó hasta los botones de ajuste del aire acondicionado, bajando la temperatura aún con el plato en su mano.
Él presidente cerró los ojos cuando se sintió a gusto con la temperatura y Yoongi volvió a acercarse esta vez agachandose para poder colocar el té sobre la mesita frente al sofá, una de las manos del presidente estaba sobre esta, intentó tocarlo ahí pero antes de siquiera procesarlo bien la mano ya había sido retirada.
Observó el plato otra vez y vio si última salida, esperando que todo salga bien aunque se quedara sin dignidad, procedió a acomodarse aún en el suelo, sobre una de sus rodillas entonces bajó el rostro y extendió sus manos.
—Por favor use esto— pronunció mostrando un pañuelo.
Seokjin solo lo observaba desde su lugar sorprendido, ¿qué se suponía que Yoongi quería conseguir?
Jaesang luego de verlo por dos minutos solo movió su cabeza ligeramente señalando la mesa, Yoongi entendió que debía dejar el pañuelo sobre esta. Con una mueca en su rostro lo hizo, suspiró porque realmente ya no tenía más estrategias a seguir.
—Con su permiso, me retiro— hizo otra reverencia para marcharse, pensando en que no podría ayudar a Seokjin después de todo.
—Min.— Yoongi regresó su mirada al escuchar la voz del presidente —Esto— vio como se agachaba a recoger algo que estaba por sus pies.
¡Era su lapicero!, de alguna forma cayó de sus bolsillos y antes de analizar cómo fue eso posible simplemente, regresó sobre sus pasos dejando el plato sobre la mesita frente al mueble para poder sujetar la mano extendida de su jefe con las suyas apretando fuertemente, ignorando al lapicero.
—Muchas gracias, suerte que no lo perdí, ¡adoro mucho este lapicero!— dijo lo primero que se vino a la mente, al borde de las lágrimas pero de la emoción, ¡al fin pudo escuchar la razón por la que el hombre se encontraba así —Regreso enseguida— hizo una última reverencia, guardó el lapicero y tomó el plato otr vez sobre sus manos y corrió fuera de la oficina ignorando al todo el personal que lo miraba de forma extraña por todo lo que estaba sucediendo.
Después de quince minutos la situación en la oficina se normalizó.
—¿Y solo por eso estaba enojado?— preguntó Jimin incrédulo —¿Qué adulto se enoja porque no hay Mont blac?
—Ahora que recuerdo, solíamos darle Monc blac al presidente muy a menudo ¿verdad?— preguntó Wendy.
—Oh, lo siento por eso— respondió pensando en porqué su jefe debía comprarle regalos a su esposa tan a menudo.
—Yo prefiero mil veces el Baumkuchen...— respondió Jimin observando al presidente comer su postre.
Yoongi también veía en esa dirección, pero especialmente a Seokjin. Cuando le llevó el postre al presidente se retiro de inmediato observando de lejos la escena, pudo ver la cara de preocupación de Seokjin transformarse en una sonrisa cuando el jefe volvió a dirigirle la palabra invitándolo al sentarse en el sofá frente a él.
Entonces Yoongi dejó a sus compañeros tomando los folders y dirigiéndose a su lugar en la oficina para revisar la asignación en la que Wendy le había pedido una mano, pero Incluso tecleando sobre el ordenador, no podía dejar de sonreír por haber podido ayudar a Seokjin al menos una vez.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.