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"Sigamos como estábamos la próxima vez que nos encontremos", Seokjin dijo eso pero Yoongi no puede dejar de dar vueltas a una sola pregunta, ¿cómo se supone que irían a seguir?

Es decir, ¿cómo se supone que eran antes?, Yoongi trata de recordar algún punto de partida antes del romanticismo pero solo logra recordar las múltiples veces en que Seokjin le ayudó, las veces que le ayudó a batallar con el trabajo extra, cuando le dejó dormir en su casa, cuando le cuidó porque estaba enfermo, cuando los rescató de esos tipos, cuando cuidó de su herida.

Simplemente no recuerda a Seokjin siéndole indiferente ni a sí mismo sin prestar atención a aquellos detalles.

Todo sobre él, cada pedacito de él hacía que Yoongi se sintiera extraño pero en su ausencia esa sensación le hacía mucha falta.

—¡No lo dejaré ir!— se levanta de repente de su escritorio y sale de las oficinas a paso veloz ignorando aquellas vistas que se ganó por su grito repentino.

Con su pesada maleta corrió bajando las escaleras para salir del edificio, cuando salió apenas se dio cuenta que ya era de noche.

Recuperó su respiración y continuó corriendo, sabía que Seokjin no había ido a la oficina hoy porque tenía reuniones con los posibles nuevos socios de la marca.

Sólo tal vez, si la suerte se ponía de su lado, él podría encontrarlo.

Mientras corría pensaba en que Seokjin nunca ha salido de su mente, él siempre, siempre lo tenía presente, en la oficina hallaba la forma de observarlo, lo buscaba con la mirada, Seokjin siempre se hallaba en sus pensamientos quisiese o no.

Bajó el ritmo de su marcha, el aire le estaba faltando mas no se detenía. Solo sabía que su ser estaba lleno de Seokjin y no podía permitirse perderlo.

Entonces, cuando ya no pudo más, a unos pocos metros frente a él pudo distinguir su silueta, era él, acercándose.

—¿Yoongi?

—Que bueno... — habló intentando regular su respiración en el proceso — que te encuentro.

—¿Qué ocurre?— Seokjin se acercó, preguntando con sincera preocupación.

—¡Lo siento!— Yoongi hizo una venia de noventa grados apenas lo tuvo cerca, sintiéndose incapaz de mirarle a la cara. —Sobre ayer... no, no, sobre todo lo que pasó hasta ahora, lo siento mucho.

Seokjin quizo detenerle, él no debía de disculparse, pero Yoongi siquiera le estaba dando oportunidad de hablar.

—Yo soy un gato asustadizo,— apresuró a decir —tantas veces yo huí y te lastimé, quiero decir, los dos somos chicos y sería más fácil si seguimos siendo solo compañeros...

—Yoongi yo-

—¡Solo escúchame!— levantó un poco la voz consiguiendo su silencio, luego hizo una pequeña pausa tratando de ordenar sus pensamientos, el no creía que lo encontraría en primer lugar. —El estar contigo, hubo momentos en los que me sorprendí pero antes de darme cuenta ya estaba sonriendo, es cómodo y se siente bien el estar contigo. Me he dado cuenta que todos esos momentos junto a ti no han sido tan malos.

Yoongi movió un poco sus cabellos con ayuda de sus manos, estaba nervioso pero logró centrar la mirada en sus ojos para poder continuar.

—A mi... — dudo un poco, la mirada de Seokjin sobre él se sentía pesada, pero no podía retractarse después de haber llegado tan lejos. —A mi me gustas, Seokjin.— pronunció con toda la seguridad posible.

Seokjin no se movió de su sitio y la misma mirada pesada seguía sobre él, inevitablemente su cuerpo empezó a temblar y las dudas volvieron a su mente.

—Lo siento— volvió a disculparse, con la vista una vez más centrada en el suelo, incapaz de sostener su mirada —Es así como me siento, perdón si tardé mucho en decirlo.

Después de unos segundos sintió los brazos de Seokjin rodear su cuerpo, manteniendolo tan cerca de él que podía escuchar su respiración y el ritmo de sus latidos.

—¿Estás seguro de lo que acabas de decir?— hablo Seokjin finalmente —Porque incluso si quieres escapar ahora, no voy a dejar que te vayas.

Seokjin solo obtuvo un asentimiento por respuesta y entendió aún si no podía ver su rostro, entonces solo se aferró más a su cuerpo, no creía que esto le estaba sucediendo.

Yoongi por su lado podía sentir como el ritmo de los latidos de Seokjin aumentaban, sus sentimientos iban más allá de las palabras, se sentía como si estos fluyeran hacia él.

Lentamente acercó sus manos a la espalda de Seokjin, correspondiendo su abrazo. Seokjin al sentirlo dejó escapar un par de pequeñas lágrimas y se permitió acurrucarse en su cuello, disfrutando del momento.

Yoongi cree que quizás se convirtió en un ser de magia para poder tocar su corazón. 

Mago [Jinsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora