Capítulo 6.

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Tenía diez años cuando asesinaron a mi madre una semana antes de navidad. Recuerdo que fue tan repentino y doloroso que me hizo falta ver como la encerraban en un estrecho ataúd y la bajaban hasta enterrarla en las profundidades para entender que la había perdido para siempre.

Desde entonces, nuestras navidades no volvieron a ser las mismas. Mi padre se encerraba en su habitación, aferrándose a la única pertenencia de mi madre que no había dejado en el ático; mi hermano se quedaba junto a la puerta principal, esperando que mi madre la atravesara como debió hacerlo el día de su muerte; y yo me escondía en la oscuridad de mi habitación, reviviendo el momento de su asesinato como si existiera alguna forma de evitarlo.

El hecho de que mi madre falleciera en un hospital sólo ayudó a que mi padre pudiera ocultar la verdad sobre su muerte, y ahora todos, incluyendo Aaron, creen que mi madre perdió la vida por causas naturales. Sin embargo, en cuanto mi padre dejó de ser aquel hombre bondadoso y alegre para convertirse en el monstruo que es ahora, estuvo dispuesto a hacerme sentir culpable del asesinato de mi madre momentos antes de encerrarme en el ático por múltiples horas.

Ahora, mientras veo a Thomas durmiendo en su cama, descubro que lo único valioso que me ha quedado tras perder a mi madre ha sido él.

Thomas es la única persona que realmente me importa. A veces puedo pensar que es más que un simple hermano para mí; algo incluso más importante que un hijo. Él es esa gran parte de mí que necesito proteger y mantener a salvo siempre.

- ¿Sabes dónde está papá, Tommy? -Murmuro cuando lo veo abrir sus ojos. He estado tan preocupada por mi hermano que me adentré en su habitación antes de saber si mi padre estaba o no en casa. Thomas, sin embargo, parece despreocupado, y niega con su cabeza mientras dibuja una diminuta sonrisa.

- Se fue esta mañana. Dijo que regresaría el miércoles.

La posibilidad de estar casi dos días sin mi padre es suficiente para brindarme bastante tranquilidad. Sin embargo, lo ocurrido esta mañana con el profesor Abernathy todavía sigue manteniéndome con una extraña preocupación que no puedo ignorar, como si temiera volver a encontrar esa mirada vacía de hoy que tanto odié.

Me acomodo junto a Thomas sobre su cama, acunándolo entre mis brazos como si fuese un bebé. Él me da un cálido abrazo, brindándome una sensación tan gratificante como podía hacerlo mi madre; y juntos tratamos de dormir como aquellas noches en las que ninguno de los dos encuentra el sueño con facilidad.

Sin embargo, yo nunca he podido dormir con tantos pensamientos acumulados en mi mente.

- Ellie... -Me llama Thomas, mirándome con dolor. Lo observo y le acaricio el cabello, sin querer decir algo como respuesta-. ¿Por qué me mentiste?

No entiendo a qué se refiere hasta que él mismo me señala el brazo derecho, donde la venda que cubría mi herida ha quedado a la vista, y el color de mi sangre ha empezado a manchar las sábanas de su cama.

- Me dijiste que no te había vuelto a hacer daño... -Continúa, con los ojos inundados en lágrimas-. Dijiste que no habías vuelto a mentirle para que se enojara contigo y no conmigo.

- Tenía que protegerte. -Le suelto, envolviéndome la venda en el brazo nuevamente.

- ¡No tenías que hacerlo! -Dice, mientras las lágrimas ruedan por sus mejillas-. No tenías que hacerlo si ibas a dejar que papá te lastimara.

- Thomas, tú no entiendes...

- ¡Claro que entiendo! -Su voz se pierde en su garganta, pero aun así sigue hablando-. ¡Entiendo que estás cometiendo el mismo error de mamá el día de su muerte!

Me quedo helada, sujetándome el brazo con tanta fuerza que yo misma me hago daño.
Las lágrimas no tardan en picar mis ojos, pero estoy obligada a mantenerme fuerte, así como lo he hecho todos estos años después de la muerte de mi madre.

- No lo hagas, Ellie -Thomas hace un gran esfuerzo por seguir hablando, sorbiéndose la nariz-. No dejes que papá te haga daño por mi culpa.

Lucho contra el nudo que se ha formado en mi garganta, aunque al final pierdo y las lágrimas salen por mis ojos sin previo aviso.

- No puedo. -Susurro, sintiendo la calidez de las lágrimas mientras se deslizan por mi rostro-. Prefiero que me lastime mientras tú estés a salvo.

- ¡Pero yo no quiero que sea así! -Chilla-. Tú eres lo único que me queda, Ellie. No pienso perderte como a mamá. ¡No voy a permitirlo! -Estiro mis brazos, rodeando el cuerpo de mi hermano en ellos. Él se queda en silencio y llora un rato más hasta que se queda sin una sola lágrima por soltar.

- No diré que dejaré de ponerme en peligro por ti, porque no quiero mentirte. -Le susurro, limpiándome las lágrimas con discreción-. Pero quiero que sepas que no cometeré el mismo error de mamá, Thomas. Te lo prometo.

Y no lo haré.

No pienso cometer el mismo error de mi madre.

No después de todo el dolor que me generó verla morir cuando ella decidió entregar su vida por la mía.

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¡Nenassss! ¡Espero que les haya gustado el capítulo! No se olviden de comentar & votar. Pronto la sigo. ¡¡¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER!!!!

Estoy un poco enojada porque en cada capítulo uso el guión largo y me aparece el corto cuando lo subo, ¿alguién sabe qué pasa? Odio eso.

Maltratada por un profesorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora