Todavía con su promesa bien clavada en mi cabeza; el lunes asisto a clase de inglés con la ligera esperanza de que las cosas finalmente mejoren entre el profesor Abernathy y yo. Sin embargo, algo peor que tener de regreso al profesor incomprensible que disfruta con mi sufrimiento, es ser completamente ignorada por Tad Abernathy.
No puedo concentrarme en el taller del libro, porque mis ojos siguen atentos ante los movimientos del profesor Abernathy como si estuviera obligada a mantenerlo vigilado las veinticuatro horas del día. Apenas le doy un vistazo a las preguntas sobre la página, y luego alzo la mirada para encontrarme con una de mis compañeras charlando animadamente junto a él en una esquina del salón.
Soy dominada por una extraña furia e incomodidad que no puedo detener, y cuando reacciono, noto que he partido mi lápiz justo a la mitad. Aturdida, observo el lápiz y me pregunto cómo he reunido las fuerzas para destruir aquel pedazo de madera con tal facilidad.
- ¿Qué tanto le miras a Abernathy, ángel? -Cuestiona Aaron, arrebatándome los pedazos de lápiz con una sonrisa.
Me arden las mejillas y las manos me tiemblan. Observo a Aaron, y reconozco que es la primera vez que advierto su presencia después del horror que viví el pasado viernes. De pronto, me sorprende verlo tan enérgico y feliz cuando debería estar enfadado por no haberle buscado estos últimos días.
- Nada, sólo... -Mi voz se apaga a medida que suelto las palabras, así que bajo la mirada hasta mis brazos y me acomodo el abrigo.
¿Qué podría responderle? ¿Que quisiera que Tad me dedicara una sonrisa y me mantuviera entre sus brazos como lo hizo el viernes? En realidad, podría decirle que odio ser ignorada por el Abernathy tanto como encontrar esa vacía mirada en sus ojos; pero soltarle semejante confesión no es lo más adecuado en este momento.
- No me has buscado estos últimos días, preciosa -dice al fin, mirándome a los ojos mientras acerca su rostro al mío-. ¿Ha ocurrido algo que deba saber?
- He estado algo ocupada en casa, eso es todo.
- ¿De verdad? -Lo descubro fingiendo un falso asombro, y luego sus ojos se tornan totalmente oscuros-. ¿Me puedes explicar por qué cuando fui a tu casa el viernes en la noche no te encontré por ninguna parte, entonces?
Me quedo helada, con mis pensamientos nublándose hasta impedirme formar alguna respuesta coherente.
Estoy obligada a cerrar mi boca y mantenerme en silencio. Si Aaron se llega a enterar que he pasado una noche en casa de Tad, estará tan enfadado que podrá enfrentarlo aquí mismo, sin dudarlo un solo instante.
De pronto, sus dedos se posan sobre mis mejillas; y aunque eso me resulta sorprendente, lo que realmente me deja sin aliento es notar como sus ojos pasan de un color totalmente oscuro a uno claro y agradable, como si toda su furia se hubiese esfumado en un segundo.
- Sabes que puedes confiar en mí, ¿verdad, ángel? -Me susurra, paralizando todo mi cuerpo tan pronto como habla.
Su tacto, sus ojos, y su cambio de humor; todo eso hace que de repente mi confianza en él desaparezca y no tenga tiempo para notarlo. Es como si dejara de ver al chico divertido con el que compartí estos últimos años, y volviera a observar a aquel Aaron que hizo añicos a mi hermano pequeño y estuvo a punto de golpearlo justo frente a mis ojos.
- Necesito ir a mi oficina por unos documentos, ¿alguien se ofrece para acompañarme? -de pronto, es la voz del profesor Abernathy lo que pone una distancia entre Aaron y yo.
Aliviada, noto que muchas de mis compañeras han alzado sus manos a toda velocidad. Sin embargo, la mirada de Abernathy está perfectamente clavada en la mía.
- ¿Ellie? ¡Perfecto! Ven conmigo, por favor.
Me pongo en pie sin entender lo que ocurre, y salgo al pasillo casi tambaleante. El profesor Abernathy me guía en silencio hasta llegar a su oficina, donde cierra la puerta a sus espaldas y me observa sin hacer un solo movimiento.
- Yo no me he ofrecido para venir -le digo a toda prisa, y él sigue mirándome, apoyándose sobre la puerta.
- Lo sé.
Lo miro extrañada, sintiendo la sangre congelándose en mis venas.
- ¿Necesita que lo ayude con algo? -Musito finalmente, apartando mi mirada de la suya.
- ¿Te estás haciendo la tonta? ¡Claro que no! -Suelta-. Por cierto, ¿podrías dejar de hablarme de esa manera? He dejado de ser el profesor Abernathy para ti, ¿no es así?
Mis mejillas arden como nunca, mientras mis piernas se vuelven gelatinas y mi corazón late a toda velocidad.
- ¿Decidiste dejar de ignorarme, entonces? -Protesto, recordando lo incapaz que fue de dedicarme una mirada un solo instante.
- No creí que te importara, después de todo estabas tan feliz con Aaron...
- Eso no es cierto, Aaron estaba... -Me quedo callada, y vuelvo mi mirada hacia sus ojos-. ¿Y a ti que te importa lo que haya hecho con Aaron? ¡Tú también estabas divirtiéndote con alguien más!
- ¡Al menos ella no está enamorada de mí como Aaron de ti!
Sus palabras hacen eco en mi cabeza, haciéndome tambalear hacia atrás hasta golpearme con su escritorio.
- ¿Y qué tiene que ver lo que sienta Aaron en todo esto? -Murmuro, aferrándome a su escritorio para no caer-. Nada de eso es de tu incumbencia; ni siquiera lo que sienta yo por él.
- Tienes razón -dice, con su mirada en el suelo-. Yo... Bueno, jamás debí hacerte venir, lo siento.
Arrastro mis pies hasta la puerta, decidida a salir por una buena vez, pero entonces sus brazos me toman de la cintura y me atraen hacia él, dejándome estática entre sus brazos.
Todo ocurre tan rápido que no tengo tiempo para procesarlo. Sin embargo, no tardo en advertir lo que está ocurriendo: sus manos tomando mi rostro con delicadeza; sus labios haciendo presión sobre los míos; y la intensa sensación de calidez apoderándose de mi cuerpo.
Tad Abernathy me está besando; y lo cierto es que me gusta tanto que sólo puedo desear que este momento nunca llegue a su fin.
- ¿Ahora te das cuenta de todo lo que me importas, Ellie? -Me susurra, mirándome con la más fantástica profundidad que jamás había visto.
Sólo me permito sonreírle, antes de que nuestros labios vuelvan a buscarse hasta encajar a la perfección.
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¡Holaaaasss! Espero que les haya gustado el capítulo. Por fin besooo jajaja. Pronto subo el siguiente. Gracias por leerrr. ¡No se olviden de comentar y votar! :3 xox
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Maltratada por un profesor
Teen FictionY es que jamás habrá algo peor, que ser maltratada por un profesor. _______________________________ Novela. Terminada. No se aceptan adaptaciones. #59 en Novela Juvenil. #1 en Bullying.