En busca de una nueva vida, Lyham llega a la ciudad de Redland, donde su madre consigue empleo con una distinguida familia. Mientras aprende las reglas de su nueva vida, el engreído heredero de los Johansson comienza a gobernar sus pensamientos en u...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hoy es el día del baile de bienvenida, inspecciono mi pelo en el espejo, percatándome de que nunca podrá aplacarse totalmente por más gel que le ponga, Dios bendiga los genes de mis padres. Me gustaría que Nashia estuviera aquí conmigo, siempre nos quedábamos flipados con esas series y películas mamarrachas donde las cosas interesantes pasaban en el baile. Nunca imaginé que terminaría yendo a uno en una escuela privada.
Tacho en mi calendario la fecha con un corazón: 21-08-2019. Mi primer baile escolar, que emoción. Martina por otro lado esta que no la calienta ni el sol, mi madre le ha dicho que no puede ir al baile porque necesita que la ayude en la cocina con unos postres que la señora Payton tiene que llevar a un evento para una recaudación de fondos, surgió a ultima hora y como a la señora le encantan las magdalenas de mi madre, prefirió que esta las preparara para presumir en sociedad que ha hecho la mejor contratación del año. Martina ha refunfuñado todo el día hasta que el nombre de nuestro padre salió a flote en la discusión, siempre pasa, todas discusiones pierden sentido cuando caemos en cuenta de que solo nos tenemos a nosotros y de que debemos hacer sacrificios. Mi madre no quiere que nos veamos como empleados de los Johansson, porque efectivamente no lo somos. No estamos obligados a hacer lo que nos digan, pero también somos conscientes de que hacerlo le facilita el trabajo a nuestra madre.
Salgo tan pronto puedo, sé que será una gran noche y espero poder recordar todo lo que pase, no quiero terminar como en esas películas: loco y sin conciencia. Me sumo a Thea en la entrada de la casa tras despedirme de mi familia, con ella no hablo aún, ni siquiera vamos juntos al baile porque me ha enviado un mensaje diciéndome que irá con Winnie. De algún modo debí de haberlo visto venir, tuve que aceptar la invitación de Augus... no quiero molestarme con ella porque va con la chica que le gusta, soy un buen amigo y los buenos amigos no hacen esas cosas.
Nunca en mi vida me había pasado tener alguien a mi lado y no hablarnos durante tanto tiempo. Cuando el coche que conduce Pablo, aparca fuera de la escuela, salgo corriendo como si allí dentro no hubiera tenido aire que respirar. Mi corazón da un vuelco cuando percibo a todas las personas caminando en dirección a la entrada con una elegancia demasiado aterradora, se podría decir que la mayoría ni siquiera camina, corren. Sé de buena tinta que muchos de los que estamos emocionados por el baile, somos considerados unos pardillos. Veamos, es que a ultima hora han cambiado la temática del baile y es de lo más ridícula: desayunando con El Sombrero y el Conejo Blanco. Sería un hipócrita si dijera que no me causa emoción la decoración, la entrada al gimnasio parece una madriguera de conejos y cada vez que alguien entra, revientan globos, vamos, que es que esta gente es demasiado rica y tiene un presupuesto que avergonzaría a cualquier institución pública.
Varios chicos toman los globos para drogarse con el helio e imitar voces ridículas. Una de las organizadoras está pintando rosas blancas con un pincel manchado de tinta roja. De pronto todas las luces se apagan y cada sombra es la cabeza de una persona distinta... esto es un sueño, es el sueño de un jodido demente. Intento fotografiar todo para luego cotillear con mi mejor amiga, no he visto a Thea desde que nos separamos en la entrada, tampoco es que espere pasar todo el tiempo con esta ya que ha dejado bien claro que prefiere estar en algún rincón fumando con su chica.
