Me toma una semana volver a casa luego de San Valentín, no por gusto, pero según mi padre: tengo diecisiete años y no puedo tomar mis propias decisiones hasta la mayoría de edad, que será pronto. Quizás por eso escapó mi hermana, en la carta que me escribió no había nada que no supiera: me extraña, extraña a la familia, prefiere mantenerse alejada por razones que no explica, dice que confíe en mi corazón y luche por lo que quiero. Esas palabras me dan la demente impresión de que Lancey nos observa desde la oscuridad, como algún tipo de ángel guardián, demente idea.
Al cerrar la puerta de mi habitación y lanzarme en la cama, es como si no me hubiese ido por dos meses. Cada cosa se mantiene en el mismo lugar, las paredes siguen siendo blancas como la espuma que hace la leche. En un rato será hora de bajar a almorzar y yo no dejo de planear mi próximo paso: hablar con Lyham. Por razones que desconozco, me es difícil enfrentarme a él, lo besé en acción de gracias y luego hui como cobarde. Era lo mejor que podía hacer en ese momento y en este momento lo más conveniente es dar la cara y recuperar lo que siempre debió ser nuestro, atisbar el fuego de nuestro amor.
En la mesa todo parece como si no me hubiera marchado nunca, mis padres no hacen ningún comentario sobre mi regreso.
- Me alegra que haya vuelto, joven Jack -murmura Felicia en voz baja mientras coloca la comida en la mesa.
Sonrío porque le agrado a la madre del chico que amo, eso es algo que todos quieren. Las conversaciones en la mesa alternan, hasta llegar a la carta de confirmación sobre mi ingreso en Julio en la universidad predestinada para mí en Inglaterra, pensé que me iría en septiembre, ni siquiera me he graduado o aprobado las asignaturas y ya tengo que ir pensando en marcharme en menos de dos meses.
Inglaterra esta tan lejos de casa que no podré venir los fines de semana. El viaje es de más de treinta horas en avión y con escalas. No sé qué va a significar esto para mí y Lyham, pero primero debe haber un nosotros del que pueda preocuparme. Creo que, si me tocara marcharme hoy, él se alegraría de quitarse una piedra en su relación fingida con Augus. Pero no me voy a rendir tan fácil, le amo y si voy a ser rechazado, será en mi rostro y haciéndole saber todo lo que siento por él.
- Creo que es buena idea que pertenezcas a una fraternidad -expresa mi padre mientras discuten el tema, excluyéndome -. En el internado éramos como hermanos y eso nos ayudó mucho.
- Yo creo que sería de mucha ayuda para nuestro hijo convivir con personas de diferentes culturas.
Cada palabra que dicen, va llenando mi cuerpo de impotencia, planean mi vida como si no estuviese sentado en la misma mesa. No quiero irme, nunca quise marcharme, no lo quería cuando estaba con Dassia y menos lo codicio ahora que pretendo estar con Lyham. Odio no poder elegir mi vida, escapar como Lancey me parece una idea tentadora.
- ¡Soy gay! -murmuro, el silencio se hace inmediato.
- ¿Qué has dicho, cariño? -los enormes ojos que me ha heredado mi madre, me miran fijamente mientras tiene cuchillo y tenedor en mano para intentar cortar la carne de su plato -. ¡No te hemos escuchado!
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Mi Mejor Complicación ✔️
Teen FictionEn busca de una nueva vida, Lyham llega a la ciudad de Redland, donde su madre consigue empleo con una distinguida familia. Mientras aprende las reglas de su nueva vida, el engreído heredero de los Johansson comienza a gobernar sus pensamientos en u...