Nunca creí cierta esa frase que dice: la gente se va, y cuando vuelven, no sé, pero no encajan. Pero de alguna forma absurda Dassia y yo no encajamos, desde nuestro regreso su presencia me resulta más absorbente. Debe ser jodido quedar anclado a alguien que no siente lo mismo que tú, soy bastante consciente de que, si es miserable, soy su miseria. Besé a Lyham la noche de la fiesta de Augus y ese fue el gesto que dejó evidenciado que mis sentimientos por la chica nunca serian tan fuertes y verdaderos, no en el mismo nivel que los suyos.
Cuando dan las dos de la tarde del sábado, corro por mi habitación en busca de la cadena que me regaló.... Dassia se ha entusiasmado con esa heladería nueva que han montado en la isla, al parecer la decoración es sublime. Desde mi desliz con el Chinito, he empezado a cuestionarme demasiadas cosas, así que, si me paso el día entero acostado en cama, es probable que la cabeza me explote. Lo difícil de pensarme en si realmente soy gay es que odiaría ser repudiado o encasillado en algún renglón. No sé cómo reaccionaría mi madre si le dijera que me atrae un chico, porque por más que batallo con mis sentimientos, hay algo en Lyham que calma mis demonios. Cuando mi pecho tocó su espalda no me sentí tan roto como cuando me miro desnudo en el espejo, toqué su cuerpo excitado y no me desagradó, pero luego vino esa sensación dentro de mi culpándome por ser un inútil en todo, por fallarle a mis padres y dejar de lado el lacrosse, por fallarle a Dassia besando a un chico cualquiera y por no poder tener sexo con Lyham... vale, soy un mierda, pero me esfuerzo por no serlo. Estoy cansado de odiarme a mí mismo por ser un insensible, estoy cansado de llorar sin derramar una sola lágrima, tengo que dejarlo y comenzar a sanarme. Debo dejar de pensar que mi cuerpo es la jaula que condena a sentencia mi verdadero ser, me perdí en un momento de mi vida, necesito volver a encontrarme.
Encuentro la cadena en mi mochila, la coloco y paso un dedo por el dije en forma de infinito que tiene nuestros nombres grabados. Mi celular suena y es Lyham respondiendo al mensaje que le envié la noche anterior a deshoras, intento hablar con él, aunque sea como amigos, no hemos tocado el tema de los besos ni de que hui de su cama en la mañana... Le escribo porque de alguna forma es importante para mí que sepa que lo quiero en mi vida, lo evito por todo el terreno, pero me encargado de enviarle un mensaje diario, para que no me olvide.
Al llegar a la heladería nos sentamos en una de las mesas con sombrillas gigantes fuera del local, a Dassia le agrada porque desde aquí se puede ver el viejo castillo. La miro, no entiende porque le hago esto, es hermosa y no quiero dañarla... pero confesarle esto significaría perderla, es muy amiga de Lyham y eso viene siendo un golpe doble.
— Me alegra que estemos aquí —deja de admirar el castillo—, teníamos mucho que no salíamos a una cita.
— Cierto, te pido perdón por perderme en mis asuntos —extiendo mi mano sobre la mesa para tomar la suya —. Te quiero y eso nunca va a cambiar.
— Yo también te quiero, Jack.
— Después del helado podemos ir a la pista de patinaje que está en la esquina —señalo en dirección al lugar, me arriesgo porque sé que le gusta, aunque yo no tengo ni idea de cómo patinar sobre hielo.
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Mi Mejor Complicación ✔️
Teen FictionEn busca de una nueva vida, Lyham llega a la ciudad de Redland, donde su madre consigue empleo con una distinguida familia. Mientras aprende las reglas de su nueva vida, el engreído heredero de los Johansson comienza a gobernar sus pensamientos en u...