De la utopía a la pretensión.
De la pretensión a la utopía.Ese infernal debate que se cuece en mi mente cuando, por momentos, se me escapa un suspiro.
Arrogantemente he llevado a cuestas este mal.
Perversa actitud autodestructiva.Mis ojos se posan en tu cuerpo, ¡inmaculado! ¡Sempiterno!
¿Cómo no enloquecer ante tan demencial espectáculo?Retorno a mi juicio cabal.
Me ciño de cordura.Lo inalcanzable se admira de lejos -me repito en voz baja-, como asombrarse ante el maravilloso lucero matinal.
Maldita náutica. ¡Me hiciste creer que surcaría en su mar! Pero allí van naufragando mis deseos y mis sueños, su amor y mi paz.