Dicen que, el sinónimo de la locura siempre será la felicidad, pero, ¿no serán locura mis ansias por escribir a las tres de la mañana, como ese botón que impulsa el arte?
Mi inspiración llega de madrugada, son las palabras queriendo salir más rápido que mi pensamiento.
Es poesía lloviendo por doquier, muriendo y deseando vivir en cada estrofa, alcanzando la eternidad. Como cuando te pierdes en un libro. Como cuando te absorbe y, ¡no regresas más!
Esta locura que empapa, que impregna, no tiene pupilas sino auroras boreales, en lugar de dedos lápices de colores y, si algún día tuvo brazos, ahora tiene alas, un corazón de papel que se deshace con olas, que se detiene a leer versos escritos en la arena.
Es el océano en la niña de mis ojos. Es mi cuerpo nadando en el mar. Es la música a todo volumen en mis tardes de soledad.
Se alimenta del cielo del sur de Chile lleno de estrellas, de los bosques con miles de araucarias coloreando un verde perfecto al sur de Brasil.
Me asusta y me voy.
Me espera y me perdona.
Estoy atado a ella.
Es la que no permite que mis días tengan la monotonía de la normalidad. La que me hace sentir el viento rozando mi piel y me transporta a velocidades inimaginables.
Me llama. Me dice que me acerque. Me quiere contagiar a probar lo insano.
Ya no tengo miedo. Ya no me voy.
Me dice que la llame loca. Mi locura me llama. Ya no me voy. Ya no me voy…
Inspirado en el poema "Locura" de AxJulieta y ganador del tercer puesto del ConcursoPoesiArte primera etapa.
