Había transitado por las mismas callesitas durante más de veinte años.
Conocía tantos espacios y rincones, callejones y atajos...
Conocía los huecos de los senderillos, los baches de los pasillos, los corredores y balcones, los expendios y cuarteles, las guerras de este y aquel. Al tendero, al barrendero, al loco y hasta el que sabía de más por ahí.
Sin embargo, nunca me sentí de acá.
Nunca sentí este suelo como mío.Me pregunto ahora, ¿de dónde seré? ¿Dónde tendré mi alma? ¿Dónde estará arraigado mi ser?
Contemplo, sin ningún tipo de atracción, las reuniones sociales, los trabajos comunitarios, los debates por el territorio, las conversaciones informales.
¿De dónde soy? ¿Cuándo sabré cuáles son mis raíces?
Cae la lluvia, sale el sol, día tras día, noche tras noche, es una zozobra constante y la contradicción de permanecer y no querer estar. ¿Cómo es posible que no haya emigrado antes? ¿Qué hace que mis pies se aferren a la tierra que piso sin cesar? Enigmas que carcomen mi cerebro, preguntas que se recrean en mis desvelos.
Me ciño una chaqueta y salgo a mi cotidianidad. El estudio, el trabajo, el mismo sendero, el eterno andar. Un ciclo de vida bastante obtuso, sin prisas ni aventuras. Mi decisión fatal.
¿Necesito respuesta a mis preguntas? ¿De verdad deseo cambiar? Prosigo a mi destino, viendo los días pasar. Me dicen, "eres muy aburrido", ¡lo sé! ¿Alguna otra cosa que no sepa ya?
Entendí muy temprano que para mí la vida no se reduce a licor, fiestas y juegos de azar, y que por eso no encajo en el mundo simple de los comunes, los que necesitan que llegue un viernes, un fin de semana para sentir que pueden respirar.
Yo me pregunto diariamente si es necesario este cuestionario, si, de verdad, tengo que saberme ser, si preciso el conocimiento de mis orígenes, si el interrogarme constantemente salvará mi salud.
Tal vez seguiré vagando por la vida, buscando reposo en este transitar. Tal vez mi memoria se atrofie y pueda descansar. Tal vez siga hilvanando esta empresa de saber qué hago acá. Tal vez acometa hacia cualquier acrópolis sin respuestas y sin deseos de pensar.
Mientras tanto, solo lo escribo en este pergamino, por si acaso, por mera premonición, y si se extingue mi recuerdo, otro ente encuentre mis escritos y logre conmigo conectar...