La ciudad era más grande y ajetreada de lo que esperaba.
Gigantescos rascacielos se alzaban frente a sus ojos y había más automóviles de los que podía contar.
La gente caminaba con prisa, las damas eran elegantes y refinadas y los hombres atractivos y bien vestidos tal como lo había visto en las películas.
Conoció al señor Wolverhampton en una de las oficinas de la secretaría de salud ubicada en el centro de la metrópolis.
Después de una cálida conversación y un par de tragos de vino firmó un contrato por un año para prestar sus servicios médicos a cambio de quinientos dólares y los servicios necesarios para vivir.Se le dió un apartamento medianamente grande ubicado en el décimo tercer piso de un edificio al sur de la ciudad, contaba con todos los servicios y lo único que el debía pagar era la comida. Además el departamento quedaba cerca del hospital así que la tarifa del taxi no sería alta, aún que planeaba comprarse una bicicleta para economizar en transporte.
Se instaló en su nuevo hogar y salió a conocer a sus vecinos. Todos eran personas amables y solidarias dispuestas a ayudar a los demás habitantes del edificio.
El señor Willis importante abogado y defensor de los derechos de sus compañeros, la dama Vanessa que era una actriz quien ayudaba económicamente a quien lo necesitara, Mr and Mrs Johnson padres de dos bellos hijos y excelentes estudiantes... Y como olvidar a la señora McGraw-Hill, la habitante más longeva del edificio quien todos los viernes horneaba deliciosas tartas de manzana y ciruela para repartirlas a sus vecinos.
Tenía un departamento muy bueno en una zona tranquila con vecinos amorosos, un buen trabajo y un excelente sueldo.
La vida parecía un sueño ¿Demasiado bueno para ser verdad? Efectivamente pero lo disfrutaría mientras pudiera.
No podía esperar para su primer día de trabajo.
Anthony Marchetti listo para la acción.
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PACIENTE ZERO [RadioDust]
FanfictionEn el hospital de Saint Louis justo en las afueras de la bella New York de los años 30's se encuentra aquel ser despiadado que con solo un bostezo podría hacer llorar hasta al mismísimo Satanás. ¿Que secretos hay por descubrir? Doctor Anthony March...