PACIENTE ZERO [RadioDust]

Funeral

Seis y veinte de la mañana, lo despertó el estrepitoso sonido de su teléfono de pared. Contestó.

-¿Hola?... ¿Harold?... Habla más despacio, no te entiendo... ¿Mamá? ¿Que le pasó?... ¡¿Que?! ¡¿Molly también?!... No, no, no, esto no puede estar pasando... ¡¿CÓMO QUE PAPÁ ESTABA AHÍ?! ¡A MÍ QUE ME IMPORTA ESE ASQUEROSO ANCIANO, SOLO NOS HA METIDO EN PROBLEMAS!... Suficiente, voy para allá- Colgó alterado, llamó a la hospital para informar que no iría a trabajar. Tomó una mochila con algo de ropa y salió lo más pronto posible a la estación de trenes.

Sentía ganas de llorar.

[...]

Las horas pasaban, una... Dos... Tres... Y no había señal de Angel.

El reloj con su lenta marcha segundera le hacía saber que el tiempo corría y el no aparecía.

Cuatro... y nada

Cuatro y media... Nada

¿Que a caso el chico quería perder su empleo?

Cinco...

Comenzó a azotar la puerta de metal con su puño lo suficientemente fuerte para que alguna enfermera que pasase ahí lo escuchara.

Funcionó.

-Glory ¿Te llamas Glory cierto? No me interesa- puso su sonrisa más amistosa posible para ocultar su desesperación -¿Sabes dónde está el Doctor Angel? Ya debería de haber llegado- preguntó desde el otro lado de la puerta la cual tenía un pequeño agujero por donde podía ver.

-Lo siento Zero pero el doctor tuvo un percance y no vendrá a su cita de hoy- respondió la enfermera que no se llamaba Glory

-¿Y cuándo vendrá?- preguntó con curiosidad

-No lo sé, pero se paciente- respondió y se fue

-si picinti- replicó en forma de burla cruzando los brazos y sentándose enfadado en el suelo de la habitación -Oh mi querido Angel ¿Donde te encontrarás?-

[...]

Henry Marchetti siempre fue un hombre de conflicto.

Ser perteneciente al cartel polvere d'angelo le trajo muchos problemas, para olvidarse de todo ello se mudó junto con su familia a los Estados Unidos con el plan de comenzar una nueva vida.

Claramente eso no pasó, la delincuencia y las adiciones le persiguieron a él y sus seres queridos. Desde muy chicos sus hijos e hija tuvieron que convivir con el mundo de la delincuencia y el crimen. El único que si se involucró en esto fue el mayor de los hermanos: Harold.
Por su parte Anthony y Molly no compartían el gusto por lo ilegal. El decidió estudiar psiquiatría y su hermana entró al conservatorio de arte, todo gracias a su Madre.

Pero la mafia tenía su precio.

La heroína tenía su precio.

La fenciclidina tenía su precio.

Y el precio era la vida de las dos personas más importantes en su existencia.

Para cuando llegó a Saint Lawrence ya era muy tarde.
Frías como el hielo y rígidas como el abedul cubiertas del elixir carmesí que desprendían sus cuerpos ya hacían Molly Marchetti y Alessia D'amico de Marchetti. Un escenario traumático la verdad.

En el funeral solo hubo dos personas: Anthony y Harold.

De lo último que supieron Henry escapó.

Estaba devastado, las únicas mujeres por las cuales seguía respirando se habían ido.
Harold no lo necesitaría.

¿Donde encontraría consuelo?

Doctor Anthony Marchetti...