PACIENTE ZERO [RadioDust]

Radio

—...y cuando volví ya se había muerto ¡Jajaja!— contaba comicamente Alastor una historia un tanto confusa sobre un cartero y un pastel de arándano

Anthony soltó una risa a boca cerrada —Bien, supongo que fue divertido—

—¡Claro que lo fue!— dijo con su típica sonrisa

Había pasado una semana desde que conoció a Alastor su primer y único paciente.
El sujeto era raro, claro que si, e inclusive un tanto macabro más no terriblemente peligroso como tanto se rumoreaba.
Anthony se la pasaba relajado escuchando las inusuales anécdotas e historias sin sentido del contrario.

Hasta ese momento le había diagnosticado con facilidad varios padecimientos mentales en los que figuraban ansiedad, depresión, demencia, bipolaridad, transtorno de personalidad, esquizofrenia, TOC y un largo etcétera que en lo personal le preocupaba.

Aún así queria indagar más en el tipo ¿Por qué siempre sonríe? ¿Que hizo para terminar ahí? ¿Por qué lo llaman Zero? ¿Que le pasó a quienes lo atendían antes?...

—Cuentame Alastor ¿Que hacías antes de ser internado? ¿De qué vivías o a que te dedicabas?— preguntó recargando sus codos en la mesa y su cara entre sus manos en señal de interés

—Yo era conocido como el más grande e importante locutor de radio de todo el sur de Louisiana— dijo con soberbia —La gente amaba tanto mis locuciones que me la pasaba todo el día en el estudio narrando acontecimientos de todo tipo ¡Incluso alguna vez fui parte de una radio novela!—

—¿Ah sí? ¿Cual?—

—"Fuego de pasión"— dijo con acento español —Me dieron el papel principal, un oficinista triste quien se queda viudo después de que su esposa fuera asesinada por su mejor amigo—

—Seguramente hiciste un trabajo espectacular— halagó Angel

—Para nada dulzura, me despidieron a los pocos días que por qué una voz como la mía no es la indicada para un hombre solo y sin amor ¡Que aguafiestas!— se quejó —al final me reemplazaron por un tal Gregory Colbert, tampoco duró mucho, no después del incidente ¡Jajajaja!—

Siempre las historias eran confusas con una trama trivial y un final abstracto y hasta terrorífico.

—¿Podrías narrar algo para mí, Alastor?— preguntó chantajeando al contrario

Lo pensó un poco... ¿Que más da? —Trataré de hacerlo lo mejor que pueda, tiene mucho tiempo desde que di mi último programa— carraspeo un par de veces y con una sonrisa comenzó —¡Buenas tardes hospital de Saint Louis! son las 2:25 de la tarde, les saluda Alastor con las noticias del día: El doctor Angel se amarró mal la corbata esta mañana, se recomienda cuidar la presentación lo más posible...—

—¿Que?— volteó a ver su corbata, efectivamente estaba mal amarrada —¡Oye! ¿Por qué no me lo dijiste antes?— replicó acomodándosela

—No te escucho, estoy en vivo— dijo burlón

—¡ALASTOR!—

Quizá el paciente no era tan malo, solo incomprendido.

Pero tenía el presentimiento que algo malo iba a suceder.

Doctor Anthony Marchetti no se sabe amarrar la corbata.