Hospital

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Salió de su departamento puntual viéndose lo más presentable pero al mismo tiempo casual posible. Muchos de sus vecinos también salían a trabajar desde temprano, los saludo y se paró en la avenida para buscar un taxi.

Era su primer día, portaba su bata blanca con orgullo y un poco de maquillaje, nada exagerado, a la gente no le gustaba ver a un hombre con maquillaje.
Mientras el automóvil avanzaba podía ver por la ventana cómo se alejaba la gran ciudad y comenzaba a verse un paisaje más aislado. Se dirigía a las afueras.

Lo que eran luces, automóviles y personas de gran porte se había convertido en lugares sucios y abandonados, gente en pobreza y mucha pero mucha tristeza.
Sacudió su cabeza tratando de olvidar aquel desolador paisaje, no podía perder los ánimos justo en su primer día.

El taxi frenó justo frente a un gran edificio de fachada elegante pero colores lúgubres con un enrejado negro que lo resguardaba del exterior. Agradeció y pagó.

Si el exterior ya era estremecedor el interior lo era aún más.
Pasillos oscuros o sin salida, ventanas rotas, puertas bloqueadas para que nadie entre y las risas y murmullos de los internos lo hacían aún peor.

Podía ver de reojo como todos los médicos y enfermeras susurraban a sus espaldas, inclusive escuchó un "pobre muchacho". Eso lo alarmó pero no bajaría la guardia o su ánimo. Era su trabajo y no se mató 7 años estudiando para nada.

Su primera orden del día era hablar con su superior para saber en qué área lo asignarían. Llegó a la oficina y habló con un tal Henry Amarok, este le dio un papel con el número de carpeta que debía pedir en los archivos: 0.

Le pareció peculiar que la carpeta tuviera tal número, generalmente se usaban 3 dígitos para no confundir a los pacientes a la hora del registro, ignoró eso también, quizás así se manejaban las cosas en New York.

—Hola, buenos días— saludó al hombre detrás del mostrador en las oficinas de archivos.
—Buenos días— respondió de manera plana y gris el hombre mayor.
—Necesito la carpeta con este número— dijo y extendió el papel hacia el hombre.

Este abrió tanto los ojos que parecía que se saldrían de sus cuencas, volteo a ver al muchacho y después al papel, luego otra vez al muchacho. Se quitó sus anteojos, se talló el puente de la nariz con preocupación y miró al contrario a los ojos —Es tu primer día ¿Cierto?— preguntó con seriedad y hasta se podría decir que con miedo.

—Uh... S-si, así es— titubeó un poco, la actitud del hombre solo le dio inseguridad y temor.

Suspiró, se giró y le dio lo que buscaba; una  carpeta maltratada y sucia con manchas y muchos dobleces en ella. Estaba casi vacía, solo tenía un par de hojas dentro de ella cuando comúnmente estás carpetas estaban casi llenas. Tenía escrito con bolígrafo el número cero en la carátula.

En cuanto la tomó Anthony pudo sentir un escalofrío recorrer su cuerpo, desde su espina dorsal hasta la uña de su dedo más pequeño del pie.

Debía atender a un paciente, a uno solo.

Doctor Anthony Marchetti a su... ¿Servicio?

PACIENTE ZERO [RadioDust]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora