CAPITULO 39

66 10 50
                                    


"Somos los creadores de nuestro propio destino". Desde que tengo memoria eso me han hecho creer, por años fui lamentándome por haberme convertido en un monstruo, por que dentro de mi sentía que yo era el único responsable de todo lo que hice, de a donde estoy y donde iré. Mis impulsos me llevaron a este camino o eso creía, recuerdo muy bien la primera vez que fui consiente cuando mate a una persona, el doctor que abusó de mi madre, cuando lo acuchillé también vi la vida irse lentamente de sus ojos, esa chispa, la chispa que habia desaparecido de los ojos de mi madre, comprendí después que esa chispa era el deseo de las personas por apegarse a la vida, mi madre no deseaba vivir por eso se suicido, pero en cambio las personas que asesiné si querían vivir. Las tengo a todas contadas en mi espalda y recordadas en mi memoria.

Yo creía ser el responsable de todo esto, de que yo mismo me convertí en un monstruo pero la verdad es que habia un monstruo mas grande que yo, escondida entre las sombras y estudiándome conforme al paso del tiempo, siendo la pieza clave para su odio contra el mundo. Nunca lo vi venir, este destino, estar parado frente al monstruo que me creo y no tener las fuerzas para decir mas.

Pero ella cometió un error, me creó tan bien que me convertí en su única debilidad, su arma mortal que algun día terminaría quitándole la vida.

Y ahi estaba yo, a unos cuantos pasos de Isabella Pines, a oscuras por que no queria verla, pero tendría que hacerlo.

Palmeé dos veces mis manos y las luces se encendieron automáticamente, los ojos de mi abuela parpadearon con desesperación tomándole por sorpresa y tratando de acostumbrarse a la luz.

Respire profundamente y concentré cada una de mis palabras.

-Manson... -murmuró mi abuela mirándome finalmente para sonreír forzadamente.

Mi rostro frio y apático seguía firme, por fuera parecía no demostrar sentimiento alguno, pero por dentro habia una tormenta de emociones cruzandose entre si y formando una guerra de la cual trataba de soportar.

-¿Que piensas hacer con migo? -Preguntó Isabella inquietantemente pero sin perder su postura culta de tranquilidad.

-Tranquila-Respondi con frialdad-No te haré lo mismo que le hiciste a Juan, mi padre.

Ella se quedo unos segundos en silencio, como pensando sus palabras.

-Yo no lo maté-Respondió rápidamente-Por si lo piensas.

Bien... Al menos.

-¿Por que he de creerte despues de todo lo que has hecho? -Arqueé una ceja y crucé mis brazos.

-Supongo que tendrás que creerme-Respondió sonriendo-¿entonces si no piensas matarme por que me tienes aqui?

-Diversión -Respondí levantando mis hombros.

Ella empezó a reir mas fuerte, hasta que su risa se convirtió en carcajada.

-¡basta! -elevé mi voz-Deja de reirte.

-Es que... ES QUE-trataba de decir entre risas-Me da tanta risa ver como pierdes tu tiempo con migo.

Sus palabras captaron mi atención.

-¿a que te refieres?

-Dentro de muy poco dos bombas explotaran-respondio jadenado del cansancio provocado por sus risas aceleradas-Y tendras que decidir a quien salvar-Volvió a reirse mas fuerte.

-¡Habla de una maldita vez! -me acerqué a ella y la tomé de los hombros, moviendola con desesperación.

-Llega un momento en tu vida en el que tienes que elegir entre tus seres queridos o inocentes, ¿a quien protegeras Manson? -en su rostro se formó un semblante serio-Tendras que elegir Manson, si salvaras a tus amigos o al Internado south Harmon.

Manson© ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora