Todo pasa por Algo.

¡Ya era hora!.

Eran las 8 p.m. Ya estaba arreglada, y no pasaba Mario por mí.
Me quede esperándolo en el sofa, como media hora.

9 p.m.
Yo: Por qué no llega?
Muchas teorías pasaban en mi cabeza, tales como;
¿Estará con otra?
¿Le habrá pasado algo?
¡¿Qué pasa..?!

Hasta que dieron las 9:30 p.m.
Llego por mi. Estaba bastante molesta, dijo que a las ocho y llego dos horas y media despues.

Mario: Disculpame, tuve problemas pero ya estoy aquí. -Dijo mientras sonreia-.
Se dio cuenta que no le contestaba, tenia la cara molesta, y esa sonrisa se convirtió en una cara seria.

Mario: Encerio, ¿Me perdonas?
Yo: Me gusta que sean puntuales.
Mario: Ni tenemos alguna relacion.

Sentí como si recibiera un golpe en el pecho, lo único que quería era salir corriendo y llorar.
Pero.. me aguante esas ganas, otra cosa que quería hacer era darle una cachetada, pero me rehuse y le conteste;

Yo: No tienes porque tratarme de esa manera, pensé que me amabas.
¿Dónde quedaron las caricias y los besos?.

Mario casi me responde pero salí corriendo y lo deje con sus pretextos.

Seguía corriendo, metros después voltee para ver si me seguía, pero no, iba directo a su casa, es ahí donde me puse a pensar.

Yo: Si me hubiera seguido lo sentiría y me siguiese amando, al menos eso creo, mis padres tenían razón, nunca debí hacerle caso.