Todo pasa por Algo.

Toda la noche.

Llegamos a casa horas después que Mario, algo que nos causo alivio.

Jan: ¿Quieres que te lleve al cuarto?.
Yo: No, duerme conmigo.
Jan: Tengo que esperar a Mario, aún no llega.
Yo: Por favor.
Jan: Solo un rato, no quiero dejar a Mario fuera...

Entrelazó sus dedos con los míos y subimos a su cuarto.

Al entrar, Jan me soltó y se quito la camisa.

Yo: ¿Le digo a Mario si vendrá?.
Jan: No, ya le dije, me contesto que sí que en dos horas.
Yo: ¿Dónde estan?.
Jan: De fiesta, según sus argumentos.

Jan se acostó en la cama, después me acosté al lado de él.
Acto seguido Jan me cobijo hasta la cintura, al igual que.

Jan me abrazaba el cuello mientras estaba acostada en su pecho.

Jan: Recuerda, solo un rato.

Yo solo asentí.

Minutos después Jan me jalo la blusa dejando mi espalda descubierta y comenzó a acariciarla.

No evite el dormirme, aunque tuve que.
Moria de sueño, y a la vez no quería que Jan se fuera, quería que estuviera acostado conmigo toda la noche.