Miércoles.

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Me desperté, revise el calendario de el instituto.

Martes. Miércoles. Jueves.
Suspensión de clases a causa del clima.

Eran tres días sin clases, yo solo esperaba que Jan saliera del hospital, y que mis padres no llegaran hasta mañana u hoy en la noche.

Me levante y fui a la cocina.
Solo me serví un poco de leche, veía por la ventana cada una de las gotas que recorrían por todo el lugar.
Lave la taza y trate de ponerla en donde va.
El lugar era demasiado alto, sinceramente no podia. Me estiraba y mi cadera quedaba cada vez más al descubierto.
Sentí como es que una manos rodeaban mi cintura y sentía su respiración en todo el cuello.
No dude en soltar la taza, provocando que se quebrará, empujar a la persona y darle un golpe en el estómago.
Voltee y era Jan.

Jan: Tranquila acabo de salir del hospital. -contesto en el suelo mientras se le salía el aire.-
Yo: ¡Jan!

Fui donde se encontraba y trate de acomodarlo en el sofa.
Me senté y puse su cabeza en mis piernas para que se pudiera acostar.
Solo le acariciaba el pelo.

Al momento que se alivio del golpe no dude en preguntarle el como entro.

Yo: Jan, ¿Cómo entraste?, Acaso, ¿Serás asesino serial?.
Jan: No, ¿Te acuerdas del rey abre puertas?.
Yo: Mario...

Quedamos un rato en silencio hasta que..

Jan: ¿Qué te dijo mi hermano al momento que te abrazo?
Yo: ¿A que te refieres?.
Jan: En el hospital, cuando dijo que solo serian amigos.
-Deje de acariciar su cabello.-
Yo: Ah, amm..
Jan: ¿Te sigue queriendo?.
Yo: Sí, pero, sabes que no sera.
Jan: Ahora el dilema es mío.
Yo: No, creeme.
Jan: Explícame.
Yo: Las janers, no sé..
Jan: ¿Celos?.
Yo: No te rías.
Jan: Perdón, es muy bonito verte celosa.
Yo: Ya, Jan. No es cierto, y si tengo celos.
-Me paré y me dirigí hacia las escaleras para subir a mi cuarto.-

Jan igualmente se paro, pero logro detenerme. Me tomo de la muñeca, y me volteo para verlo de frente.

Yo: Suéltame.
Jan: No, no quiero.
Yo: ¿Qué es lo que quieres?.
Jan: Un beso, y miles más.
Yo: Ahora no.
Jan: Sí tu no quieres tendré que dártelos yo.

Soltó mi muñeca y puso sus manos en mi mejilla, se fue acercando poco a poco hasta besarme. Lo único que hice fue rodear con mis brazos su cuello, casi abrazándolo.

Al momento de separarnos nuestras narices quedaron juntas durante un momento.

Yo: Quiero saber sobre ti. -Dije susurrando y cansada.-
Jan: No hay mucho que contar-respondió de la misma manera.-
Yo: No importa, quiero saber sobre tu vida.
Jan: Solo si prometes contarme la tuya.
Yo: Claro que sí.
-Subimos a mi cuarto, y nos sentamos en la cama.-

Todo pasa por Algo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora