Kiara
—¿Solo eso pasó? —abrieron los ojos como platos. —Pensé que erai mas via' pa' la huea.
Rodé los ojos. —¿Para que voy a querer intentar pelarme con un completo sacohuea?
Levanté la mirada y justo venía llegando el rey de roma. —Se nota que nunca una mina le ha dicho que no.
Las chiquillas se rieron y luego me miraron.
—¡Wena cabras! —exclamó alegremente. Para variar sólo llevábamos dos días desde que había llegado y se me aparecía hasta en la sopa. —¿Como andan?
No lo aguanto.
Sonrisa culia perfecta que tiene. En verdad es tan atractivo, pero todo eso se le iba con sus aires de grandeza.
—¿Bien y tú? —le respondió la Michelle.
Puso su mochila arriba de la mesa y se sentó.
—Bien reina. —sacó su celular, dejándolo encima de la mesa junto con la mochila. Lo admito, está muy rico. —¿Tú eri la polola del Guido o no?
La Lucía se atragantó con las galletas que se estaba comiendo y yo lo quede mirando confundida.
—¡¿Qué?! —preguntó la Michelle —¿Lo conocís?
Negó con la cabeza.
—Solo que lo escuché hablando de ti con sus amigos en el baño. —sacó un paquete de oreo y lo abrió. —Ten cuidao con ese hueón.
Lo miré confundida al igual que las chiquillas.
—¿Por qué? —la Lulú se le adelantó a la Michelle.
La Michelle le pegó levemente con el codo para que disimulara, pero como yo estaba mirando hacia allá claramente lo noté.
—No me corresponde decirte. —se encogió de hombros. Tiraba la media advertencia y después no decía nada, que le pasaba a este hombre. —¿Alguien quiere?
Las chiquillas sacaron, pero yo no.
Para ser sinceros sí quería una, pero soy más orgullo que persona y aunque estuviera con hambre no iba perder lo que jamás he perdido, el orgullo.
—Kiara. —me habló. Ay, mi nombre salió tan lindo de esa boca tan gloriosa. —Ya po' reina no te enojís, si sé que querer algo con el que las trae a todas locas es difícil, pero no es pa' que te pongai así siempre que me veís.
Mi cara se transformó en un tomate de la furia que tenía, dos días habían pasado y ya quería sacarle la conchetumare.
—Hueón, callate. —solté entre dientes. —De verdad nadie está loca por ti. —lo miré mal. — No erís un Dios griego que tiene a todas a sus pies, ahueonao.
Solo se rió...
SOLAMENTE SE RIÓ.
Las chiquillas no tardaron en imitarlo y cagarse de la risa.
—En fin. —dijo aún entre risas. —No me corresponde decirte, pero por lo qué cache ese hueon es raro y sus intenciones no son tan buenas. —dejó el paquete de galletas en manos de la Lucía y volvió a mirarme. —Vuelvo altiro.
—Ojalá no volvai.
Me guiñó el ojo. —No me extrañís mucho reina.
Rodé los ojos.
—El culiao insoportable. —solté a penas se había ido. Ya podía respirar un poco más tranquila. —Dame galletas para que se me pase esta rabia.

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Bájate de la nube [EDITADO]
Teen Fiction[CHILENSIS] Él, un mino al que nunca le dicen que no. Ella, una mina dispuesta a bajarlo de su nube. ¿Qué tan malo podría ser eso?