Lucía
No sé qué chucha estaba pasando, pero el caballero que estaba adelante de nosotros mirándonos feo estaba...como decirlo para que no suene tan vulgar.
Está como pa' ser la madrastra de este culiao.
—¿Qué estai haciendo acá, papá? —puso a la Kiara detrás de él, mientras estaban de la manito.
Ternuras.
—¿Me podís explicar que esta pasando? —preguntó el Quique, avanzando hasta quedar al lado del Matías. —Estoy cagao' de hambre, ¿podemos hacer todo el show de reconciliación adentro?
Puta el culiao mala clase.
El papá del Matías lo quedó mirando con una ceja enarcada de arriba a abajo.
La Kiara le pegó un wate al Enrique por hocicón. —Quédate callao' culiao.
El Quique me miró adolorido porque la Kiara si pegaba fuerte, era chica, pero potente la hueona.
El loco castaño se rió. —¿Ya no te acordai de los amigos?
El hueón del Matías seguía en estado vegetal, me daban ganas de pegarle por lo ahueonao que estaba comportándose en este momento.
Ni yo estoy así y eso que tengo a tremendo suggar daddy en frente.
—¡Matíto! —le gritó una señora mas o menos de unos cuarenta años. ¿Que hueá la genética de la familia del Matías? son todos preciosos. —Entren pues, como van a estar ahí afuera ¡Pasen chiquillos!
Le hice caso a la tía y entré seguida del Quique.
—Permiso. —miré la casa y luego a la tía.
Era una señora con las facciones finas y marcadas, tenía el pelo rubio con algunas canas y unos intensos ojos verde limón.
—Hola tía. —me abrazó. —Soy la Lucía y el inoportuno de acá al lado es el Enrique.
—A éste niño lindo ya lo conocía. —la tía le agarró los cachetes, digo, las mejillas. No sean malpensados. —Soy la abuela del Matíto me llamo Rosa, pero me pueden decir Rosita o tía, como ustedes prefieran.
Kieeeee, ¿abuela dijo?
El Quique la abrazó, acurrucándose en su pecho.
—Me encanta que vengan los amigos del Matíto. —nos dijo sonriendo. —Ver al Pablo nomas me estaba estresando un poco, pero últimamente está más con este rucio.
Me reí.
—¿Qué están haciendo acá?—habló el Matías sentado en el sillón.
Porfin había salido de su trance culiao.
—¿Así saludai a tus amigos de siempre?—le preguntó el castaño. —Na qué ver po'.
Él se rió. —Te extrañé culiao.
El Matías se levantó del sillón con una sonrisa incómoda y abrazó a su amigo. Por otro lado la Kiara parecía un pollito asustado mirando al suelo.
—¿No presentai a la morenita? —le preguntó el castaño, analizándola de pies a cabeza.
Oh no bonito, no arruinarás mi shipp.
El Matías la atrajo hacia ella con una sonrisa de boca cerrada, dándole la mano.
—Kiara, él es un amigo de donde vivía antes, del sur mejor dicho. —la miró con adoración. —Eduardo, ella es la Kiara.

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Bájate de la nube [EDITADO]
Novela Juvenil[CHILENSIS] Él, un mino al que nunca le dicen que no. Ella, una mina dispuesta a bajarlo de su nube. ¿Qué tan malo podría ser eso?