3 semanas después
Sofía
Ya todo el liceo sabía que la Kiara y el Matías estaban juntos como también se supo que lo que había pasado con la Michelle era mentira.
Corren rápido los chismes aquí.
—Los odio. —me dijo la Michelle, mientras lo miraba. —Esto no se quedará así, yo soy la que debería estar con él no ella.
La miré raro.
Me caía mal la Kiara, pero no tanto como para hacerle algo para joderle la existencia, eso ya sobrepasaba mis límites.
—Pero ya déjalos. —los miré. Se veían bien felices. —Se nota que se quieren harto, ya no puedes hacer nada para que el Matías te quiera. —me encogí de hombros. —No sé por qué te arde tanto si al final te gusta su mejor amigo, ¿O no?
Hace rato me venia diciendo que le gustaba ese hueón, pero ahora me vengo a dar cuenta que no era así y solamente lo que estaba haciendo era acercarse a todos los cercanos del Matías.
Estaba realmente obsesionada.
—Solo lo uso, Sofía. —me miró con una sonrisa burlona. —Aparte ya se quién me ayudará a romper esa parejita.
Que miedo.
—Michelle te lo dire en buena onda. —me miró atenta. —Déjalos ser felices, al final la Kiara fue una de tus mejores amigas y hace unos meses atrás la andabai defendiendo.
Bufó. —Me quitó todo lo que yo quería una vez más.—la miró con odio. —Me quitó a los chiquillos, al Matías y siempre que me gustaba alguien a el hueón siempre le terminaba gustando ella. —carraspeó. —No sé por qué, si mírame a mí y luego a ella, no hay por donde perderse.
Rodé los ojos. —Te estai envenenando el alma de una manera y no te dai cuenta.
No me pescó porque estaba mirando su celular con una sonrisa.
Algo tramaba.
—Lo tengo. —dijo con una sonrisa victoriosa en los labios. —El Eduardo me acaba de soltar la bomba para que mi plan funcione. —sonrió con malicia. —La felicidad le durará poco a la Kiarita.
—En verdad deberías parar. —le dije seriamente. —Al principio fue algo súper leve y pensé que ahí quedaría, pero estai obsesionada con la Kiara o el Matías, no sé, pero eso no está bien.
Me tomó las mejillas. —No te metas donde no te han llamado.
Salió de la sala y me quedé con una sensación extraña, una mezcla miedo y angustia.
Volví a mirar a los chiquillos y se veían muy felices, que me caiga mal la Kiara es una cosa, pero ya hacerle daño a propósito es otra totalmente distinta.
Tenía que averiguar que pasaba y advertirles o si no alguien saldrá muy mal librado de esto.
Pablo
No podía dejar de pensar en el Enrique. El otro día fui a la casa del Matías y hablamos todos estos temas con el Eduardo, ellos me dijeron que me arriesgara si realmente lo quería, porque al final el Quique no me esperaría toda la vida, es egoísta eso.
Y ya no quiero causarle más daño al quique.
—¿Podemos hablar? —le pregunté.
Estábamos con los chiquillos en la sala de artes, así que, era ahora o nunca.
—Sí, vamos.
Fuimos a unas bancas que estaban más alejadas de todos para hablar más tranquilos.
En verdad estaba más nervioso que la chucha.
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Bájate de la nube [EDITADO]
Ficção Adolescente[CHILENSIS] Él, un mino al que nunca le dicen que no. Ella, una mina dispuesta a bajarlo de su nube. ¿Qué tan malo podría ser eso?