Bájate de la nube [EDITADO]

V E I N T I Y D O S

Un mes después.

Kiara

Durante este mes no han pasado tantas cosas, todo va bien gracias al de arriba.

—¿Podemos llevar unas gomitas ácidas? —le pregunté cómo niña chica al Matí, mientras hacía un puchero. —Por favor.

Hoy teníamos una pijamada en la casa del Quique y estábamos comprando las hueas que íbamos a llevar para la nochecita.

Me tomó las mejillas y me dió un besito.

Orientación sexual: Regalona.

—Sí po' mi vida. —me respondió, sacando una botella de pisco y otra de vodka. —Lleve todo lo qué quiera.

Sonreí.

—La acabai de cagar. —lo miró con desaprobación la Lulú.

Sonreí con malicia y fui a buscar todas las cosas que quería llevar.

*ೃ༄

—Pero.. —me miró con desaprobación el Matías cuando dejó de mirar la boleta del supermercado. —Kiara como compraste cincuenta lucas en puros dulces.

Saqué un paquete de unas gomitas ácidas, lo abrí y me llevé una a la boca.

—Así es tu polola nomás po. —le dije encogiéndome de hombros. —Pa' que me decís que lleve lo que quiera si después me vai a retar.

Se rió y me tiró un beso.

—Te dije que la habiai cagado. —le dijo la Lulú, mientras les daba un dulce a ambos. —Pero, como siempre nunca me pescai, merecido te lo tenís.

El Matías se puso serio y luego me abrazó por los hombros.

—Cállate oh. —le dijo en broma él. —Hablai caleta.

—Txi. —le dijo la Lulú. —No te digo na' cuando la Kiara no está contigo y pasai todo el rato diciendo: "¿La Kiara estará feliz conmigo?", "¿Crees que me merezco a la Kiara?" —dijo imitándolo y nos cagamos de la risa. —Ahí hablai más que la chucha y na' que te ando callando.

—De hecho, sí lo haces. —dijo el Quique de repente. —Te faltó lo que siempre dice. —se empezó a reír solo. Miré al Matías y lo estaba mirando mal. —"Estoy tan enamorao', ella es lo mejor que me ha pasado en la vida"

Llegamos al auto entre risas y el Matías se había puesto de mal genio.

—Sapos culiaos. —les dijo a los chiquillos. —Nunca más les voy a decir ni una hueá.

Lo abracé por la espalda y me miró con el ceño fruncido.

—Erís tan tierno. —le dije sonriendo y su ceño fruncido había desaparecido. —Tú también erís lo más lindo que me pasó en este último tiempo y por si aún no te queda claro. —se formó una sonrisa involuntaria en mis labios. —Estoy completamente enamorada de ti y estoy muy feliz contigo mi amor.

Se dió vuelta y me dió un beso tierno. —Te quiero mi gruñona.

—Te quiero más, Matíto.

Los chiquillos seguían riéndose y nos fuimos a la casa del quique para preparar todo.

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