Una Foto en Blanco y Negro |ITZER|

45. Nadie me hace mas feliz que tu

ESTER EXPOSITO

El embarazo me estaba dejando sin mucho sueño, al menos así es en estas últimas semanas. No podía caminar mucho, tenía que escucharle a Itzan quien seguía tan preocupado. Aunque estaba trabajando mucho me estaba llamando cada rato, se preocupaba por mí y no quería hacerle más problemas.

Mi mama se ofreció a ayudarme con todo mientras el no está aquí, sabía que en uno de estos días mi bebe debería nacer, estoy muy ansiosa de conocerla, tenerla en mis brazos.

-¿Itzan pasa mucho tiempo trabajando? – cuestiona mi mama

-Últimamente si – respondí

-¿Y eso?

-Ay, mama... tiene mucho trabajo, eso es todo.

No sé porque anda haciéndome tantas preguntas, las cosas entre Itzan y yo van mejor que nunca, estamos muy felices.

-Vale – murmura

-¿Desconfías de él, acaso?

-Por dios, hija... simplemente quería saber dónde está y porque no te está acompañando en estos momentos. ¿Es un pecado que quiero averiguar que sucede?

-Si Itzan está trabajando es porque yo le dije que no puede dejar todo de al lado, tenemos un hijo y una niña en camino. Por el momento yo no estoy trabajando y aunque me cuesta estar sin el todo el día al fin se que lo hace porque necesitamos mucho dinero, además ese es su sueño y yo le apoyo en todo.

Estaba muy enojada con ella, quizás con ella sino con la manera en la cuestiona las cosas, siempre voy a estar defendiéndolo y no me arrepiento de eso.

-Perdóname, no tenía malas intenciones.

-Ya, deja el tema por favor, no quiero hablar de esto.

Mi mama se dedico en hacer la cena, sabía que podría ganar mi perdón si cocina todo lo que a mí me gusta, lo único que necesito es tranquilidad y que deja de dudar de Itzan, confió en él y sé que es el hombre en el que puedo contar toda la vida.

Después de un momento ella se acerco a mí, sienta a mi lado y me vuelva tratar como si fuera una niña pequeña, así me siento.

-Todo lo que digo lo hago por tu bien, es importante que lo sepas.

-Ya lo sé, mama... también te dije que no quiero volver hablar de esto.

-Pero sigues enojada conmigo.

-Solamente quiero comer y volver a verlo, le extraño demasiado.

Mi mama sonríe.

-Es increíble que te sientes así sin verlo por pocas horas, parece que no pueden estar separados por mucho tiempo.

-¿Ahora entiendes cuanto lo amo?

-Yo siempre supe cómo te sientes, no olvides eso.

-Entonces, ¿podemos dejar de hablar? ¿Dejaras de dudar de el?

-Lo hare por ti.

Sé que mi mama podría aprender a querer a Itzan, de eso no hay duda, el había demostrado como se siente y que es capaz de todo con tal de verme feliz. Espero que por fin podríamos dejar de discutir acerca del tema, además ahora tenemos que pensar en otras cosas.

ITZAN ESCAMILLA

Entre estar trabajando todo el día y tratar ocuparme de todo y todos me siento muy cansado, durante el trabajo hago todo lo posible para no pensar en ella. Me conformo con que no me llama todo el rato, se que todo está bien y que está en buenas manos.

-Puedes irte a casa, aquí no hay nada más que hacer – murmura Miguel

-No puedes solo, te ayudare.

-Tío, estas muy cansado y no dejas de pensar ella, es mejor que te vayas y mañana podríamos seguir con el trabajo.

-¿Seguro?

-No me hagas enojar, por fa.

Le hice el caso, ya no podía ni mirar bien cuanto sueño necesitaba...

-Nos vemos mañana, hermano.

Le abrazo y salgo.

Cuando llegue a casa Gorka fue el primero en correr hacia mí, saltando en mis brazos.

-¡Papa!

La mama de Ester se encontraba en la cocina arreglando los platos, parece que me toca comer comida fría pero no me quejo.

-¡Campeón!

-Buenas noches – dijo su mama

-¿Y Ester?

-Está dormida.

-¿Está bien?

-Tranquilo, está cansada un poco, ya sabes cómo es en estado en el que se encuentra ahora.

Aunque estaba muy cansado, Gorka me toma por la mano, llevando al salón.

-Gorka, calma un poco, que acaba de llegar y tengo mucho sueño.

-Me prometiste que íbamos jugar el PlayStation.

Me olvide de eso por un momento, hostias...

-¿Lo prometí?

Asienta con cabeza, se ve un poco decepcionado.

-Vale, vamos a jugar un poco.

-¿Si?

-Claro.

No quería que él sea triste, en cuanto vi que podría decepcionarse aun mas decidí aceptarlo y jugar un poco, en cuanto terminamos cuando le deje ganarme el me abrazo.

-¿Le vas a querer a ella más que a mí? – pregunta

-¿Qué?

-La niña.

Me reí, es una tontería, yo no tenía hermanos, por eso no se cómo se siente sentir celos y esas cosas, pero ver que el está pasando por eso me hace reír.

-Ella será tu hermanita y les voy a querer igual.

-Me mientes.

-A ver, ¿Por qué crees que voy a quererla más que a ti? ¿Acaso un padre no puede querer sus hijos igual?

-Pero, ella es niña, vas a preocuparte más por ella.

Cuando descubrí que será niña me sentí el hombre más afortunado del mundo, quería saber cómo se siente tener una hija, tratarle bien, defenderla de todo el mundo, es un gran trabajo que quiero aprender hacer de manera más perfecta.

-Les voy a querer igual, es una promesa, tú has sido mi primer hijo, mi bebe... tienes un lugar muy especial en mi corazón igual que ella.

-¿Yo también tendría que preocuparme de ella?

-Claro, es tu deber.

-¡Ya quiero conocerla!

Cuando termine de hacerle acostarse, entre en nuestra habitación y vi a Ester acostada en la cama, ya estaba dormida y su panza creció mucho, es increíble.

-Buenas noches, preciosa – dije con voz baja

Ella sonríe, dio vuelta y sigue sonriéndose.

Toque la panza y es una sensación increíble.

-He tenido dolores de nuevo.

-¿Por qué no me dijiste nada?

-No quería llamarte y asustarte...

De pronto de nuevo siente dolores, toca la panza y cierra los ojos.

-¡Ester!

-Creo que ya está llegando...

-¿Qué...?

-Vas a tener que llevarme al hospital, no puedo ignorar estos dolores, me duele mucho.