14. Tristeza

433 39 7
                                    

ESTER EXPOSITO

Varios días después de funeral seguía sintiendo tristeza profunda por lo que paso, mi padre ha muerto, yo he vuelto a casa de mi madre donde se encuentra Yon y Gorka. Extrañaba a Itzan con todas mis fuerzas, quería estar con él, abrazarlo y sentirlo.

La vida se está poniendo más y más difícil para mí, es increíble como todo cambia en un solo segundo. De todos modos decidí ir a ver a Danna, al menos... es mi único cómplice en este momento.

-¿Cómo estás? – me pregunta sabiendo mi respuesta

-Triste.

-El tiempo cura todo.

-No, cuando estas con alguien quien realmente quieres eso es lo que cura. ¿Sabes porque estoy con Yon, en un compromiso sin salida?

-Por el orgulloso de tu ex.

-No, porque yo le jode la vida a Itzan. Recuerdas como juegue con el porqué creí que lo merece, entonces estábamos tan enamoradas y la vez distanciados, luego muchas cosas ocurrieron, no es solamente su orgullo. Y ahora pretendo tenerle miedo a Yon que decirle como me siente aunque el mismo lo sabe.

-¿Tienes miedo de el?

Joder. Hablas demasiado, Ester.

-No quise expresarme de esa manera.

-Eso es lo que dijiste.

-No me escuchas, Danna.

-Ester, si ese tipo te da miedo no puede seguir con él, no puede arriesgarte a ese nivel de no poder dormir tranquilamente. Corta con él, ¿Qué más da?

-¿Crees que no es lo que quiero hacer desde el principio de todo esto?

-Hazlo.

Danna tiene razón, pero no es fácil hacer una cosa así, yo se que Itzan siempre va estar a mi lado, va defenderme y protegerme pero tengo miedo de que podría hacer alguna locura, dejar llevarse por la ira y enojo y quizás golpearlo hasta la muerte o Yon también podría hacer lo mismo con él.

Después de pasar un tiempo con Danna regrese a casa, pase todo el día jugando con Gorka. El fue mi luz al final del túnel en este momento, mi mama no entendía mis sentimientos y mi papa creo que los entendió antes de morir, eso es pequeño alivio.

Alguien tocaba las puertas, al abrirlas vi a Itzan, no me importa donde me encuentro o con quien, de inmediato salto a sus brazos, oliendo esa aroma muy reconocible.

-Llegaste. – suspiro

-Por supuesto que iba llegar.

Quedamos así abrazados, gracias a dios que Yon no se encuentra en casa en este momento y si fuera aquí me importaría una mierda.

Ya era la hora de dejarme llevar por mis sentimientos, Itzan y yo somos eternos, nuestro amor es eterno. Sé que eso suena muy ridículo y cursi pero es así, no entiendo porque todo tiene que ser tan triste y trágico, nosotros si podemos lograr ser felices.

Estoy segura de eso.

ITZAN ESCAMILLA

Llevo todo el día encerrado en casa de mi mama, decidí pasar tiempo con ella o si no me volvería loco. Me preparo su comida deliciosa, sin embargo no podíamos evitar el tema de Ester.

-¿Cómo esta ella?

-No lo sé, mama.

Ni siquiera fui a verla porque no quise causarle problemas con ese hijo de puta.

-¿No piensas ir a verla?

-Sí pero tú sabes muy bien que no es el momento.

-Ay, mi hijo, no puedes así, tienes que luchar por tu amor.

-¿Cómo?

-Vete a verla, muéstrale que sigue siendo persona más importante en tu vida, ella necesitaba volver en casa de su madre pero eso no significa que no sigue queriéndote.

Lo sé, me quiere tanto que va seguir soportando a ese desgraciado.

Al fin, decidí seguir su consejo, fui a verla, en cuanto me abrió las puertas salto a mis brazos.

Nos fuimos a su habitación para tener unos minutos a solas antes de comer almuerzo que preparo su madre.

-Quería venir antes pero no sabía si era el momento más indicado.

Ester me toma por la mano, besándola.

-Me siento muy triste.

-Me imagino.

-Yon podría llegar en cualquier momento.

-No me importa, ya sabes que no le tengo miedo.

-Cada vez que digas eso me da miedo de lo que podría ocurrirte, tendrías que sentir miedo alguna vez en tu vida.

-Siento miedo de perderte, nada más.

-¿Recuerdas cuando fuimos felices juntos?

Sonrió al oír eso, recuerdo esos momentos cuando nada fue tan importante, la vida no fue tan seria y podríamos disfrutar de todo como si no existe nada más que nosotros dos.

-Te amo, Ester. – le digo

Pongo mano sobre su cuello, acercándola a mí.

Nuestras cabezas se tocan, nos miramos en ojos fijamente, queremos estar así todo el día, como si el tiempo no existe, quiero vivir así...

-Te amo. – le digo de nuevo

Alguna vez tenía miedo de decirle que la amo y ahora no me cansaría de seguir diciéndolo todos los días.

-Te amo tanto. – digo mientras suspiro

-Yo te amo también. – me dice

Nos miramos en labios, sonriéndose.

-¿Y qué ahora? – pregunta

-Esto.

Le doy un beso con mucha fuerza, como siempre, recorría su lengua con mi lengua, haciéndola gemir de un solo beso. Ester pone manos sobre mi mejilla, seguimos besándonos hasta que oíamos puertas abriéndose.

Dimos vuelta, viendo a Yon mirándonos.

Mierda.

Como ya pensé, este fue momento menos indicado para compartir caricias como estas pero si piensa que voy a dejarlo maltratarla se equivoca.

Una Foto en Blanco y Negro |ITZER|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora