EBONY WEMBLEY:
Las semanas de pruebas pasaron sin problemas.
A quién engaño, la mitad de mi carrera tenía cara de no haber dormido por días y la otra de tener más energéticas que sangre en el cuerpo.
Durante esas semanas, no supe nada de Christopher. De vez en cuando lo veía en los pasillos o en la clase que compartíamos con la profesora Emile –la bajita diabólica-, pero más que eso nada.
No hizo ningún movimiento para acercarse a mí, por lo contrario, empecé a creer que me estaba evitando y aunque sí me sentía ansiosa por eso, pensé que era lo mejor.
Hanna intento disculparse conmigo por la situación que se dio en el debate y le resté importancia, su visión o lo que sintiera no podía importarme menos, bajo todo el autocontrol que pude conseguir para no mandarla a la mierda, le pedí que a partir de ahora evitará echarle la culpa a los demás por su pánico. Ninguno de los chicos opino sobre el tema y seguimos como si no hubiese pasado nada.
Mis sesiones con Nick siguieron igual, es una relación de tira y afloja y de extrema paciencia de su parte. Me siento mal por todo el esfuerzo que hace para cumplir con su trabajo, sobre todo porque por mucho que lo intente, no podrá cambiar nada.
Mi ánimo, seguía siendo una mierda inestable. Había días en los que me sentía normal y otros en los que levantarse de la cama era el mayor logro del día, los peores fueron esos en los que no me importaba nada y luego me sentía irritable, controlar eso es lo que más me cansaba.
De alguna manera me las ingenie para no faltar a ninguna prueba.
Mi única motivación para volver era pagar por todo lo que alguna vez destruí, para mis padres y para mí.
Hoy era el último día sobre eso, desde hoy habría un receso para descansar, una especie de premio de consuelo que da la universidad para que los alumnos puedan recuperar las horas de sueño y para que los profesores puedan librarse de nosotros por al menos unos días.
Después de haber estado durante dos horas completas en un examen estoy más que dispuesta a irme de este infierno que la gente necesita para ser profesional.
Guardo mi lapicero en mi mochila y salgo del salón, despidiéndome del profesor sin emitir sonido.
La vibración en mi pantalón me indico un mensaje.
"Ya han pasado las pruebas" un mensaje breve de la persona que había estado más de una vez en mis pensamientos y del que ya me estaba acostumbrando a su ausencia.
Mejor hazlo rápido y deja de posponerlo.
"Sí, ¿qué tal te fue?" mande el mensaje.
"Sobreviviré" un mensaje instantáneo otra vez.
—Y a ti ¿te fue bien? —elevo la vista de mi celular para encontrarme con unos ojos oscuros que me observan fijamente.
—Sobreviviré—repito su respuesta.
—¿Podemos hablar ahora? ¿o hay otra excusa que vas a usar para evitarme?
Esto va a doler, y va a doler mucho.
—Si es lo que quieres.
—Sí y desde hace ya semanas—me toma de la mano sin aviso previo—. No aquí, vamos.
Me intento soltar de su agarre sin ningún resultado a mi favor, su brazo es firme, sin embargo, no me hace daño, únicamente la sujeta cómo si tuviese miedo de que yo me fuese a escapar.
—¿A dónde me llevas? —renuncio a la idea de que me suelte, está siendo gentil a pesar de estar enojado.
—A un lugar en el que nadie nos moleste—responde a secas.
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Mind
RomanceUna granada, eso es lo que Ebony pensaba de sí misma. Su vida no era horrible, ni mucho menos una historia trágica, al contrario, tenía amor de su familia, amigos que la querían y una perfecta -o bueno no tan perfecta-vida universitaria, pero inclus...