Capítulo 14

75 10 2
                                    

EBONY WEMBLEY:

—Así que veintiuno—pregunta Christopher recostándose otra vez en mi regazo, se le ha vuelto costumbre.

—Así que gigoló de barrio—contraataco.

Theo se había ido y ahora nos encontrábamos tomando un receso, viendo una película aún en el living del pelicastaño.

Gracias a la explicación de un atormentado Theo, Vaughan logró desarrollar todo y en nada de tiempo ya había logrado pasar a otro apunte, realmente es un chico muy rápido para entender.

Después de eso me alego que quería descansar, que se lo había ganado y que no aceptaría ninguna otra respuesta que no fuese un sí. Por eso fue que terminamos en el sillón, en el que él ya se había acostado casi completamente usándome como su almohada.

Gruñe y se levanta para mirarme directo a los ojos, lo está haciendo otra vez, está intentando analizarme.

—Puedo explicarlo—dice, casi pareciera que va a confesar un delito.

—No es necesario—me dejo caer en el respaldar del sillón.

—¿Qué? —pregunta incrédulo, aun con su vista en mí.

—Vaughan tu reputación te precede.

Frunce el ceño y luego pasa su mano por su nuca, señal de frustración.

—No sé qué te habrán dicho o que habrás escuchado, pero nada de eso es cierto—posa su mirada con intensidad y su voz es firme—soy sincero contigo.

—No necesitas darme explicaciones—intento calmarlo, pero logro el efecto contrario.

—No—responde serio—. Sí necesito hacerlo porque estoy intentando ganarme tu confianza.

—Me basta con saber cómo eres conmigo—me encojo—. Además, no es que tu sepas mucho de cómo era, hasta hace unas horas no sabías ni qué edad tengo—desvío la conversación.

Se relaja notoriamente, se rindió con la conversación.

—Hay muchas cosas que me gustaría saber de ti Ebony—vuelve a soltar con sinceridad.

Suspiro, ha sido tan paciente, evita a toda costa hacerme sentir presionada incluso a cuestas de su propia curiosidad que, recordando, era uno de los motivos por los que se acercó a mí.

—Pregunta entonces—suelto.

Se recuesta nuevamente en mis piernas, la televisión pasa a segundo plano.

—¿Cualquier pregunta?

—Mientras la pueda responder—me encojo.

—Bien—sonríe y cierra los ojos, siento el impulso de hacerle cariño en su pelo y lo hago, paso mis dedos desordenándolo y después dejándolo en su posición anterior.

—¿Color favorito?

—Negro.

—¿Cuál es tu comida favorita? Y ¿cuál es la que no soportas?

—Mmm, no soy quisquillosa con la comida, me da lo mismo.

—¿Algún ex novio del que deba preocuparme?

—No realmente.

—¿Alguien que te robara el corazón?

—Nop.

—¿Cómo sabías hacer ese ejercicio?

—Porque los hacia cuando estudie en el extranjero.

Mi mano se detiene y me paralizo. Respondí de forma tan automática que no me dio tiempo para pensar en nada más. Le solté algo que no quería y ahora estoy petrificada. Se da cuenta y se levanta, mirándome fijamente, siento que lo hace. Yo no me giro, mi visual se mantiene en el lugar en el que antes se encontraba la cabeza de Christopher, siento pánico y deseos de huir.

MindDonde viven las historias. Descúbrelo ahora