Capítulo 12

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EBONY WEMBLEY:

—Veamos esta—levanto uno de los rollos de películas que están en la caja.

—¿Sabes de qué trata? —me responde Vaughan mientras me abraza por la espalda.

—No—respondo encogiéndome, su aliento me hace cosquillas en la oreja.

Se carcajea y toma el rollo que tengo en mis manos.

—Déjame estas cosas a mí—me besa la mejilla y me suelta.

A estas alturas, no puedo negar que he caído por Christopher Vaughan y su encanto, sintiéndome la mujer más fácil del mundo e importándome una mierda que así sea.

No puedo darle completamente lo que quiere, no estoy siendo responsable en este momento y tengo miedo de lo que pasará cuando se dé cuenta de lo mal que estoy y de lo poco que puedo hacer por él, siendo que me da tanto como puede de sí mismo.

—Vaughan—lo llamo mientras lo veo acomodando la película en el proyector.

—Mmm—balbucea, está demasiado concentrado en lo que está haciendo.

—Me gustas—digo seria, sabiendo que mis próximas palabras pueden destruir el momento que estamos teniendo—. Y me gustas tanto que por eso te lo diré, soy dañina, no exagero cuando digo que puedo herirte.

Cierro los ojos, necesito que entienda esto, con la única parte racional que queda de mí estando tan en las nubes como me siento ahora, debo decirle. No puedo darle una relación que tenga un buen desarrollo, no cuando mi mente está tan torcida.

—Si quieres huir o dejar es—no alcanzo a terminar la oración cuando siento como su mano se posa en mi mejilla, abro los ojos y me encuentro con los de él que me miran con ternura.

—Gracias por decirme algo que te cuesta expresar—me da una sonrisa que no puedo más que pensar que es perfecta—. Pero yo también quiero que sepas que me gustas mucho, incluso si no sé nada de ti, independiente de si crees que me harás mal, todo lo demás me da lo mismo Ebony, me lo paso bien contigo, me siento en calma, me gusta hasta tu mal humor.

Acaricia mi cara con tanta delicadeza, siento que me está cuidando, me siento vulnerable frente a él.

—Te di permiso de que me rompas el corazón—continua—. Yo me encargaré de proteger el tuyo.

No aguanto más y vuelvo a abrazarlo, escondo mi cara en su pecho y el me rodea, no es necesario que hable, me llena una emoción que no sé ni cómo describir.

Me levanta dejándome a la altura de su rostro y me vuelve a sonreír.

—Ahora repite lo que dijiste recién, no te escuche bien.

Lo miro incrédula.

—No exagero cuando digo—me interrumpe con un pequeño beso.

—No eso no, lo otro—sonríe.

Me sonrojo, ahora entendiendo que es lo que quiere.

—Christopher Vaughan—lo miro seria—. Eres de lejos la persona más testaruda, demente e irracional que conozco—niego con la cabeza—. Y me gustas mucho.

—Ebony Wembley eres la persona más difícil, mal genio, sarcástica y preciosa que conozco—me vuelve a dar un beso rápido—y me gustas mucho más.

Me baja y me vuelve a dar un casto beso, a este paso, no veremos ninguna película.

Me confeso que decidió venir a este lugar porque quería que nadie nos interrumpiera y porque quería a toda costa que pasáramos tiempo juntos sin tener gente a nuestro alrededor que nos estuviera viendo.

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